༺ Capitulo 15 ༻

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Cursiva: Lituano/Lengua de dragones

Negrita: Bulgaro

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Sombras y amenazas III:

Harry se despide de Draco.



Castillo Oculto

Algún momento dentro del bucle temporal

-¡Harry!-Branwenn entro en la biblioteca y miro a su alrededor, frunciendo el ceño cuando no vio a su aprendiz-¿Dónde se metió ese chico ahora? No creas que no se que lo estas escondiendo.

Branwenn frunció el ceño hacia una ventana abierta, las cuales se cerraron bajo su mirada. El castillo había tomado un fuerte favoritismo por Harry y lo cubría siempre que el chico se escapaba de sus lecciones diarias. Aunque Branwenn admitía que eso rara vez pasaba, Harry era muy diligente a la hora de aprender y se tomaba sus nuevas responsabilidades muy en serio.

Y aun así, había ciertos momentos en los que su dulce niño se veía sobrepasado por las presiones y escapaba, a un lugar donde ni siquiera Branwenn podía encontrarlo. Ella no se lo reprochaba, sabía que se había puesto demasiada presión sobre los jóvenes hombros de Harry. Su dulce niño cargaba con el futuro de su dinastía y eso era suficiente para sobrepasar a cualquiera.

Sumida en sus pensamientos, los pasos de Branwenn la llevaron a la sala familiar. Parpadeo cuando entro, saliendo de sus pensamientos y mirando la escena que se encontró.

Acostado en un sillón y arropado con la manta mas gruesa que Harry había encontrado en sus habitaciones, Sirius descansaba. Su rostro había recuperado un poco del peso que había perdido en Azkaban, tenía un color más saludable y las ojeras habían desaparecido. Aun así, su ceño estaba fruncido, demostrando que su descanso estaba lejos de ser pacifico.

Preocupada, Branwenn avanzo y se arrodillo a un lado del sillón, una de sus manos blancas acaricio el cabello negro azulado, mientras la otra subía mas la manta celeste para cubrir mejor al hombre. La mujer tarareo suavemente, la melodía de una canción de cuna que su propia madre solía cantarle lleno la sala, mientras sus dedos descendían del cabello negro y acariciaban los aristocráticos rasgos Black con dedos cuidadosos. Bajo sus caricias, y quizás también por la melodía que llenaba sus oídos, el ceño fruncido de Sirius se suavizo y toda señal de su pesadilla se borro de su rostro.

Desde la puerta, Remus observo todo con atención. Todavía no sabía que pensar de la maestra y aparentemente ancestro de Harry, se mostró cauteloso cuando ella se apareció para buscarlo y aun después de ver como se esforzaba por la mejoría de Sirius, no terminaba de confiar. Pero viéndola ahora, viendo la preocupación en su rostro mientras tranquilizaba el sueño de Sirius y la suave sonrisa que nació en su rostro cuando lo logro, se preguntó si quizás las experiencias de su vida no lo habían vuelto un poco paranoico.

-¿El esta bien?

Branwenn se giró a mirarlo, todavía sonriendo y Remus se vio golpeado por la belleza de la mujer. Los genes Emrys, sin duda, no tenían mucha comparación.

-Ahora lo esta.-le dio una última caricia en la mejilla a Sirius y se puso de pie, dirigiendo sus preocupados ojos al castaño-¿Cómo estas hoy, Remus?

Como para asegurarse de que no estuviera herido de ninguna manera, los ojos verdes lo recorrieron de pies a cabeza con vista clínica, pero preocupada.

-Mejor de lo que suelo sentirme después de una luna llena. Agradezco tu ayuda anoche.

La noche anterior había sido luna llena y Branwenn paso toda la noche junto a Lunático. Al ser un espíritu poderoso, pudo mantener tranquilo al lobo durante horas, simplemente tarareándole y dándole caricias.

El legado Emrys I:Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora