DIA 4

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Yuuji despierta con el suave tacto de una mano acariciándole la cabellera. El joven se remueve en su lugar y aún adormilado intenta abrir los ojos y observar su alrededor. Lo primero que logra distinguir es a la persona que le estaba brindando caricias. Itadori no pudo disimular la felicidad que sintió al ver que se trataba de su reciente herido amigo.

—¡Inumaki!¡Estas bien! — Festejo al ver al joven mientras se levantaba del incomodo suelo donde descansaba. El joven Toge soltó una leve risa en respuesta ante la actitud del muchacho al verlo.

—¿Creías que ya estaba muerto? Fue una simple lesión, no tenias porque preocuparte tanto — Le respondió a su amigo mientras lo observaba con una sonrisa en el rostro.

— Lamento lo que pasó, si hubiera sido más atento no te habría pasado nada — Se disculpo Itadori.

— Lo que ocurrió o lo que podría haber ocurrido son cosas que no podemos cambiar, no tiene sentido que sigamos pensando en ello.

— Tenes razón, Inumaki. Me alegra ver que estas mejor.

— Aun sigo un poco adolorido pero Yuuta me hablo sobre lo que hicieron ayer. Si todo sale bien pronto nos iremos de aquí.

— ¿No te gusta este lugar?.

— No se trata de eso. Me gustaría que todos podamos descansar en un lugar sin temor a lo que podria...

—¿Inumaki?.

Itadori se alarmó al ver como el joven de cabellera rubia se paralizaba. Rápidamente se acercó a su amigo e intento tomarlo por las caderas evitando tocar sus lastimados hombros cuando comenzó a tambalearse.

—¿¡Inumaki?!.

El joven de cabello blanco fue llevado por Yuuji hacia una silla cercana donde tomó asiento para poder respirar mejor. La cabeza comenzó a darle vueltas y todo a su alrededor se veía borroso.

— Estas con fiebre — Comento Itadori al sentir la temperatura de su frente con la palma de su mano.

Itadori pensó en ir a pedir ayuda al no saber como reaccionar ante la vulnerabilidad de Toge pero el mismo lo freno.

— No te preocupes, ya estoy bien. — Le comento a su amigo mientras quitaba la mano que este aun tenia sobre su cabeza.

— ¿Estas seguro? No te ves muy bien. Puedo ir por los demás ellos sabrán que hacer. — Se ofrecio Itadori observando con preocupación al joven de cabello rubio.

— Solo me maree un poco. No te preocupes, Itadori.

Yuuji acepto las ordenes de su amigo sin querer insistir más. En el fondo sabía que nadie podía hacer más por Toge de lo que ya hicieron.

— Si hay algo que pueda hacer para  ayudarte, pidemelo. Me encargare de cuidarte hasta que vengan por nosotros.

Inumaki agradecía profundamente la preocupación de Itadori, aunque en el fondo le parecía exagerada. Quizás porque demasiada preocupación lo alertaban del estado en el que se encontraba. ¿Tan mal se veía frente a los ojos de sus amigos?. No quería aceptarlo. A él siempre le incomodo la idea de ser una carga para los demas y le dolía pensar que por un descuido suyo tenía a todos pendientes de él.

Mientras Itadori abanicaba al joven Toge, unos fuertes y rapidos pasos alertaban de la pronta presencia de alguien mas en la habitación donde se encontraban.

Megumi quien fue de cuarto en cuarto en busca del joven de cabello rosado por fin pudo localizarlo. La confusión se hizo presente en el rostro de Itadori al ver el estado agitado con el que llegó su amigo.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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