CAMORRA CHRONICS #3
Sasuke Uchiha está más allá de la redención.
Como Capo de la Camorra, él gobierna con una mano brutal sobre su territorio, un territorio que la Organización de Chicago violó.
Ahora Sasuke está fuera por retribución.
Una boda e...
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SAKURA
Me permitieron quedarme con Shisui, y me agaché a sus pies, sintiéndome enferma por lo que había presenciado y aún peor pensando en lo que vendría.
—Sasuke se intercambiará por ti —le susurré—. Mañana volverás a Las Vegas y Itachi tratará tus heridas.
Shisui inclinó la cabeza, sus ojos oscuros sombríos.
—Sasuke es el Capo. No va a morir porque he sido lo suficientemente estúpido como para ser capturado. He sido una decepción para él desde que nací, aprovechará esta oportunidad y matará a Shikamaru en lugar de entregarse a sí mismo.
Levanté la tela empapada de su quemadura, y él gimió profundamente. Su muñeca y nariz estaban rotas y su hombro dislocado. Debía de sentir un dolor horrible, y no había nada que pudiera hacer para ayudarlo. Jugar la carta de culpa obligó a mi familia a darme esta pequeña libertad. Aunque no los convenció de que llamaran a un médico. Probablemente habrían seguido torturando a Shisui si no me hubiera negado a alejarme de su lado.
—Te equivocas, Shisui. Sasuke te protegerá. No le teme a la muerte ni al dolor. Tomará tu lugar porque tú eres su hermano y él se preocupa por ti. Haría cualquier cosa por ti.
Shisui dejó escapar una risa ahogada.
—¿Por qué hablas de él como si no lo odiaras? Te secuestró. Arruinó tu vida.
Miré hacia otro lado. No le contaría sobre Ryosuke y Sarada, y ciertamente tampoco sobre mis sentimientos retorcidos hacia su hermano.
Shisui se inclinó hacia delante, haciendo una mueca de dolor, y acercó nuestros rostros, un riesgo porque sin duda estábamos siendo observados, y mi familia todavía estaba ansiosa por derramar sangre Uchiha. La suya o la de Sasuke, no importaba, siempre y cuando fuera un Uchiha. Me encontré con la mirada de Shisui, y la comprensión se asentó en su rostro.
—Mierda —susurró con voz ronca. Se inclinó aún más cerca, a pesar de la cuerda que sujetaba su brazo ileso a la silla—. Me estás dando la misma mirada que tiene Sasuke cada vez que alguien te menciona.
