Gemelos

III.- Encuentro

Nadie se movió, estaban demasiado concentrados en los gemelos. Aunque Derek no podía apartar la mirada de Mieczyslaw, ese castaño era idéntico a su hermanito, pero al mismo tiempo tan diferente y sentía que era la persona más hermosa que había visto en toda su vida.

— Hola, Genim. Es un gusto conocerte al fin. — le dijo Stiles con una dulce sonrisa. No iba quedarse todo el día viendo a su copia y menos cuando trataba de evitar la mirada de ese chico tan guapo de ojos verdes.

— Eres Mieczyslaw, algo me decía que eras tú. — dijo Stuart con emoción, solo quería saltar a los brazos de su hermano.

Stiles sonrió con cierta ternura, su gemelo era demasiado tierno.

— Ahora hay dos, pero él se ve mucho más tranquilo. — comentó Aiden en un "susurro".

— Nadie es tan sádico como nuestro hermano mayor, aunque no me gusta como lo ve ese chico.

— Cachorros. — los regañó Kali acercándose al lugar junto con su esposa.

— Me imagino que son parte de la manada Hale y tú eres el Alfa Derek Hale. Lamentamos interrumpir tu territorio, nuestros Alfas deben de estar reuniéndose con tus padres.

— Esta bien, mamá nos dijo que tendríamos invitados. Acompáñenos a la mansión. — miró a Stiles — Ellos son mis hermanos menores Stuart Genim y Cora. Ellos son algunos de mis Betas: Jackson, Erika, Boyd y Theo. — presentó Derek de manera seria.

— Un gusto. Me llamo Kali y ella es mi esposa Jennifer, soy una de las Alfas de la manada. Ellos son mis sobrinos: Mieczyslaw, Ethan y Aiden Steiner.

Stiles sonrió levemente mientras los otros solo asintieron.

Comenzaron a caminar de manera tranquila por el bosque hasta la mansión Hale.

Stuart, por su puesto, se acercó a su gemelo con emoción.

— ¿Cómo es el control de tu magia? A mí no me va tan mal, pero a veces me descontrolo un poco. — le mostró una llama morada.

— Tienes bastante control. Me va bien, no tengo problemas, pero no uso mucho mi magia, prefiero luchar cuerpo a cuerpo o con armas.

— ¿Por qué?

Ethan frunció el ceño y colocó su mano sobre el hombro de su hermano mayor. Aiden solo se colocó detrás de ellos, como si los estuviera protegiendo.

— No me gusta usar mucho mi magia por ciertas... situaciones que me ocurrieron en el pasado.

— Oh. Lamento haber mencionado eso.

— Ey, no pasa nada. Además, nuestra magia es lo que nos une, las cosa que nos ha mantenido conscientes del otro por todos estos años. Ahora, creo que me gustaría saber lo que te gusta, por lo que tengo entendido eres un Hale.

— Y tú un Steiner. ¿De dónde viene ese apellido?

— Hace unos años Deucalion y su esposo Dean Steiner me adoptaron y desde ese momento tomé su apellido. Nuestro padre biológico me dejó con uno de sus mejores amigos, pero él murió cuando era un niño. Desde entonces he viajado con mis papás y mis hermanos, nos gusta ayudar a las manadas que nos cruzamos en nuestro camino.

— Recuerdo que el tío Peter me dijo de tu manada, son lobos sin territorio, ¿no es así?

— Tenemos un pequeño territorio, pero no hay muchas amenazas así que podemos dejarlo por periodos largos de tiempo.

— Es interesante. Muero por escuchar todo lo que has conocido en tus viajes. Yo siempre he estado aquí con la manada, este territorio siempre parece tener problemas.

— Pero has estado a salvo, eso es bueno.

Stuart sonrió levemente, su gemelo se preocupaba por él.

— Sí, me alegro de que tú también.

— Una vez que nuestros padres hablen y nos instalemos deberíamos ir a tomar algo para conocernos mejor. Puede llevar al rubio que parece babear por ti, lo más probable es que mis hermanos me digan. — señaló a los gemelos que se mantenían cerca del castaño.

— ¡Me encantaría! — dijo Stuart con emoción.

Stiles sonrió levemente, le agradaba el otro, era tierno, siempre tuvo una debilidad por los menores o las personas tiernas como lo eran sus hermanitos y ahora su gemelo. Le alegraba que Stuart haya crecido con una buena familia y que a pesar de todos los problemas en el pueblo creció feliz y a salvo.

— Cachorros. — dijo Dean acercándose a sus hijos.

— Hola, pops. No hicimos nada malo, dile Mica. — dijo Ethan poniendo sus ojos de cachorros.

— Siempre se meten en problemas, ni puedo confiar en ustedes. — se burló el mayor.

— ¡Pops! — se quejaron los gemelos mientras Stiles reía levemente.

— Todo estuvo bien, nos conocimos.

Dean miró a Stuart levemente y luego tomó el rostro de su cachorro entre sus manos.

— ¿Todo bien? ¿Cómo te sientes?

— Estoy bien, todo ha estado bien y es muy tierno.

Dean suspiró y abrazó a su hijo. Él junto con los menores y las dos mujeres se acercaron a Deucalion, quien sonrió y revolvió el cabello de sus hijos con cariño.

Stuart caminó hasta sus hermanos y sus padres. Mateo abrazó su hijo menor.

— ¿Estás feliz, cachorro?

— Sip. Al fin lo encontré, es un poco diferente a como lo imaginaba pero es bueno y quiero conocerlo mejor.

— Puedo ver eso. Me alegro, cachorro.

Thalia sonrió con ternura. Había algo que la inquietaba del gemelo de su hijo pero no era algo, más bien su instinto le gritaba que solo corriera y protegiera a ese niño y que no dejara que el mundo le hiciera daño.

— Thalia, Mateo ellos son mis adorados cachorros. — los presentó Deucalion con orgullo.

— Es un gusto conocerlos, especialmente es un gusto ponerle un rostro al tan esperado Mieczyslaw. — le dijo Thalia al castaño.

— El gusto es nuestro, Alfa Hale.

— Sabía que Stu tenía un gemelos, pero jamás imaginé que fuera idénticos. Si no vistieran diferentes y nuestro Stu usara lentes no podría distinguirlo. — dijo Erika impresionado viendo a los gemelos castaños.

Stiles rio levemente.

— Me agradaban, creo que nos vamos a llevar bien. Por favor, cuiden de nosotros ahora que estaremos un tiempo en el pueblo, ¿verdad, papá? — comentó Stiles con diversión.

— Exacto, por favor cuiden de mis cachorros son algo sádicos, pero buenos chicos.

Los Hale no tenían la menor idea de lo problemáticos, pero increíbles personas que eran los Steiner.

Deucalion quiso gruñir al ver la mirada de Derek en su cachorro, pero no diría nada... por el momento.