𝐡𝐮𝐧𝐠𝐞𝐫

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la noche había caído en la mazmorra, o al menos así parecía para todos

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la noche había caído en la mazmorra, o al menos así parecía para todos. dado que el pasillo por el que el grupo avanzó después de recobrar sus energías con la carne del cofre misterioso estaba parcialmente oscurecido por la ausencia de antorchas en las paredes. además, todos se sentían cansados, lo que hizo pensar que era de noche. ellos naturalmente, encontraron un lugar donde dejar sus cosas y dormir por unas horas para luego continuar hacia Laios con ahora con el doble de fuerza y determinación que antes.

Senshi dormía como una roca, con una leve sonrisa apenas visible bajo su gruesa barba, seguramente satisfecho por haber podido cocinar algo y alimentar a los otros después de tantos días difíciles. cerca de él, Chilchuck descansaba; el pobre había dado todo para mover el cofre por sí mismo, emocionado ante la posibilidad de encontrar comida. ambos no reparaban en nada, mientras sus pechos subían y bajaban en respiraciones suaves.

había un silencio extrañamente denso y hasta incómodo. la ausencia de alguien que molestara, saltando entre las bolsas de dormir una por una para ver quién podría darle la calidez que necesitaba para descansar a como le gustaba, se hizo notable una vez que la agonía del hambre se disipó en ellos. estaban demasiado hambrientos como para reparar adecuadamente en la ausencia de Izutsumi, quien usualmente terminaba por colocarse encima del mediano y se acurrucaba en él, amasando su bolsa con sus garras para acomodarse.

Chilchuck discutía con ella a la mañana siguiente, alegando que le producía pesadillas. recordó.

ciertamente, no es que el grupo hubiera pasado mucho tiempo con la chica bestia, o que ella de hecho fuera la criatura más agradable de todas, para nada, pero en la mazmorra cada compañero era valioso. Izutsumi les había salvado el pellejo una vez y, aunque era arisca casi todo el tiempo y de malos modales al comer, se preocupaba por los demás, a pesar de negarlo rotundamente si se lo insinuaban.

sin embargo, Izutsumi no se merecía en lo absoluto la forma en que había terminado. Falin podía parecer tonta para algunos, lenta y hasta demasiado amable, no obstante, era bastante lista en múltiples aspectos. ella tenía una buena habilidad con la magia, fue por ello que se dio cuenta de los restos de un hechizo en la carne dentro del cofre.

Falin no quería creer la idea que le llegó inmediatamente al notar ese detalle. no quería ni siquiera considerarla, pero ¿qué otra explicación podría haber? claro, alguien pudo haber extraviado el cofre con sus provisiones y ellos lo encontraron felizmente en el camino, no obstante el hallazgo fue demasiado conveniente después de tantos días sin encontrar nada ni nadie. demasiado conveniente, como si estuviera preparado.

suspiró. sería difícil si ella intentara llevar la cuenta del tiempo que llevaba comiéndose la cabeza. sus ojos estando cerrados pero sin poder conciliar el sueño realmente. Falin giró hacia su derecha, donde Marcille debería estar durmiendo. palabra clave; debería, Marcille no estaba ahí, ni en ningún lugar del asentamiento en realidad.

↳ ❝ 𝗛𝗨𝗡𝗚𝗘𝗥 ❞  farcilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora