Historias cortas entre famosos randoms ❤︎

ADELE Y BEYONCE (pt2)

La gala estaba llegando a su fin. Las luces se atenuaron, y los invitados comenzaron a recoger sus cosas mientras los organizadores se preparaban para el cierre del evento. La atmósfera en el salón era una mezcla de satisfacción y cansancio, con el eco de risas y conversaciones aún resonando.

Adele y Beyoncé, después de su acalorada subasta, estaban en diferentes extremos del salón. La tensión del encuentro inicial había dejado una marca, y ambas se habían refugiado en sus respectivos círculos sociales, evitando el contacto directo. Sin embargo, al mirar la hora, Adele se dio cuenta de que debía prepararse para salir.

En el vestíbulo, mientras se dirigía hacia la salida, Adele se encontró con Beyoncé nuevamente. Esta vez, la situación era menos formal, y el ambiente era un poco más relajado.

—Parece que la noche ha llegado a su fin —comentó Adele, intentando suavizar el tono que había sido tan agudo durante la cena.

—Sí, y no sin unos cuantos momentos interesantes —respondió Beyoncé, con una leve sonrisa.

Ambas mujeres se miraron con una mezcla de curiosidad y respeto. La rivalidad había sido palpable durante la noche, pero ahora, con el evento terminando, había una oportunidad para un cierre más civilizado.

—No puedo negar que esta noche ha sido... intensa —dijo Adele, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Pero también ha sido interesante. Creo que tal vez subestimé lo que podríamos aprender la una de la otra.

Beyoncé asintió, su expresión mostrando una mezcla de reflexión y aceptación.

—Lo mismo digo, Adele. Quizás no nos conocemos tan bien como pensamos. —dijo Beyoncé, con un tono que reflejaba una apertura inesperada.

Un silencio breve se asentó entre ellas. Era claro que la noche había servido para descubrir algo más allá de las apariencias y las tensiones superficiales.

—Bueno, supongo que es hora de irse —dijo Adele, comenzando a recoger su abrigo.

—Sí, lo es —respondió Beyoncé, acercándose para despedirse.

Adele se detuvo y, después de un momento de duda, extendió la mano.

—Ha sido un placer conocerte, Beyoncé. Aunque nuestras interacciones hayan sido... difíciles, espero que podamos entendernos mejor en el futuro.

Beyoncé miró la mano extendida y, tras una breve pausa, la tomó con firmeza.

—Igualmente, Adele. A veces, los desafíos traen consigo oportunidades para aprender y crecer. Nos vemos en la próxima gala —dijo Beyoncé, con una sonrisa genuina.

Las dos mujeres se separaron, con un entendimiento renovado y una sensación de posibilidad en el aire. Mientras se dirigían hacia la salida, el eco de sus conversaciones y risas quedaba atrás, y el futuro parecía estar lleno de nuevas oportunidades para explorar.

Adele y Beyoncé se despidieron con un último vistazo de respeto, ambas conscientes de que lo que había comenzado como una noche de rivalidad podría ser el preludio de una relación más compleja y, quizás, más enriquecedora. La gala había sido un campo de batalla, pero también un lugar para sembrar las semillas de un entendimiento que podría florecer en algo inesperado.

Y mientras las luces del salón se apagaban, ambas artistas se alejaron, llevando consigo la promesa de nuevos comienzos y la posibilidad de descubrir un terreno común en medio de sus diferencias.