ADELE Y BEYONCE (pt3)

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Unos meses después

El bullicio de la noche de los Grammy estaba en su punto máximo. Las luces del Staples Center de Los Ángeles brillaban intensamente mientras las estrellas de la música se reunían para celebrar lo mejor del año. La alfombra roja estaba llena de deslumbrantes trajes y el clamor de las cámaras llenaba el aire con su constante clic-clac.

Adele y Beyoncé habían llegado a la ceremonia por separado, pero ambas estaban nominadas al mismo premio: Mejor Disco del Año. La competencia era feroz, y la expectativa estaba en su punto álgido. Adele, con un vestido azul profundo que resaltaba su elegancia clásica, y Beyoncé, con un impactante vestido plateado que reflejaba su aura imponente, se movían entre la multitud, cada una rodeada por sus respectivos equipos.

La ceremonia avanzó y, aunque la tensión entre las dos artistas era palpable, había un respeto tácito en el aire. Cuando finalmente se anunció el ganador del premio a Mejor Disco del Año, el nombre de Harry Styles resonó en el salón. Harry, con su estilo único y su música innovadora, recibió el aplauso de la audiencia mientras subía al escenario.

Adele y Beyoncé intercambiaron miradas desde sus asientos. Había una mezcla de sorpresa y resignación en sus ojos. Ambos habían puesto sus corazones y almas en sus discos, y no obtener el premio fue una decepción. Sin embargo, había algo en el ambiente que parecía indicar que esta noche no terminaría en un desencuentro.

La after party de los Grammy se llevó a cabo en un elegante club nocturno, decorado con luces suaves y adornos dorados. El lugar estaba lleno de celebridades, músicos y agentes, todos disfrutando de la música y la compañía. Adele y Beyoncé llegaron al evento y, a pesar de sus diferencias anteriores, se encontraron de nuevo en el mismo espacio.

En el club, Adele se encontraba en un rincón, charlando con algunos amigos, cuando notó a Beyoncé acercándose a ella con una copa de champán en la mano.

—Hola, Adele. —dijo Beyoncé con una sonrisa cordial—. No esperaba verte aquí.

Adele levantó una ceja, sorprendida pero sonriendo.

—Hola, Beyoncé. Supongo que las circunstancias nos han reunido de nuevo. —dijo Adele, con un toque de humor—. ¿Cómo te sientes después de la ceremonia?

Beyoncé suspiró y tomó un sorbo de su champán.

—Es siempre un desafío, ¿verdad? Pero Harry hizo un gran trabajo. No hay maldad en reconocer eso. —dijo Beyoncé, con una nota de sinceridad.

—Sí, él realmente se lo merece. —respondió Adele, asintiendo—. Y tú, Beyoncé, tu disco fue impresionante. Te lo digo en serio.

Beyoncé sonrió, notando el genuino cumplido en las palabras de Adele.

—Gracias, Adele. Eso significa mucho viniendo de ti. —dijo Beyoncé—. No puedo negar que esta noche ha sido... interesante.

Adele se rió suavemente.

—Eso es una manera elegante de decirlo. —dijo—. Pero parece que a veces nuestras vidas tienen una forma extraña de entrelazarse.

El ambiente en la after party era relajado, y las tensiones de la ceremonia parecían desvanecerse. Mientras conversaban, se dieron cuenta de que compartían más de lo que inicialmente pensaban. La conversación fluyó naturalmente, desde sus inspiraciones musicales hasta sus experiencias personales.

—¿Te has dado cuenta de cuántos desafíos enfrentamos en esta industria? —preguntó Beyoncé—. A veces parece que estamos en una carrera constante.

Adele asintió.

—Lo sé. Y, honestamente, a veces me siento como si estuviera persiguiendo mi propio reflejo. —dijo—. Pero es bueno saber que no estamos solas en esto.

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