"Pensó
ojalá que no
pero puede ser la última.
Y si después de todo
es la última vez.
Entonces cómo cómo haré mañana
de donde sacaré la fuerza y el olvido
para tomar distancia de esta orografía
de esta comarca en paz
de esta patria ganada
apenas y a penas
a tiempo y a dulzura
a ráfagas de amor."Mario Benedetti
Hospital, 2:00am 10/06/2022
Marta.
Odiaba los hospitales, ya que en cierta manera me manifestaban que la vida tiene un limite aunque uno quiera vivir con la ilusión que no es así y puede con todo, que el tiempo no tiene medida, ni sentido pero la vida misma me acaba de dar un golpe de realidad para ser consiente de que es limitada que solo tenemos el aquí y el ahora asegurado, por eso mientras sostenía la mano de Fina me preguntaba si la había amado lo suficiente, si la bese con todo lo que soy y ella me hace sentir, si la acaricie, la admire, la sostuve, si en mi presencia la hice sentir amada tanto como ella se merecía. Y mi conclusion era que si la amaba pero no lo suficiente, porque aún todo me era poco para todo lo que sentía, vivía y amaba a Fina.
Me perdí en la linea de mis pensamientos, mientras acariciaba las manos de Fina en especial observando el anillo que estaba en su dedo anular y una sonrisa escapo de mis labios en medio de todo esta pesadilla, cierto era que tenia el aquí y el ahora pero también la tenia aquí y ahora y aquel anillo pactaba un futuro juntas más allá de las leyes de los hombre y dios porque si era verdad que había otras vidas me encargaría de encontrarme con Fina para amarla por siempre y para siempre en cada una de ellas.
Beso su mano y lo sostuvo de manera prolongada, en tanto las lagrimas caían de su rostro dejando sentirse a flor de piel todas la emociones que la estaban atravesando, sintió una mano en su hombro la cual le regalaba una suave caricia haciendo notar su presencia y sin mirar se giro para abrazarse a Luz que sin preámbulos ya la esteba esperando con los brazos abiertos para sostener a su amiga, Marta dejo salir aquel llanto de un corazón desgarrado que retenía en su hombro mientras se le deshacía aquel nudo en la garganta que se le quedado a media voz.
Luz la dejo llorar lo que necesitara y la abrazo cuanto fuera necesario acariciando su espalda para calmar un poco sus emociones, sabia que Marta no era de las que lloraba con facilidad por las formas que ella había crecido y se le permitía ser pero era consiente de que un cambio en ella había ocurrido desde que Fina estaba en su vida era testigo en primera fila así que quería ser también para ella un lugar seguro donde poder mostrarse vulnerable. Una vez que se termino de desahogar, por fin pregunto aquello que la angustiaba.
Marta, dejo salir el aire que tenia retenido y pregunto - ¿Cual es el estado de Fina, que tan grave es Luz?- no se atrevió a mirarla a la hora de hacer esa pregunta, porque no quería dejar de mirar a Fina para cerciorarse que seguía allí con ella.
Luz, suspiro y soltó aquel pronostico medico tratando de sonar lo más alentador posible - Fina, presenta una fractura en su brazo derecho la cual sanara y con la rehabilitación propicia no tendrá problemas, los golpes y heridas visibles de cuerpo también pero lo preocupante es... - hizo una pausa para verificar que Marta la estuviera escuchando, a lo que ella movió su mano en señal de que prosiguiera - Marta, el golpe que recibió Fina en su cabeza fue en una zona bastante delicada, debido a ello la hemos decido inducirla en un como por lo pronto hay que esperar como pasa la noche - agarro las manos de Marta, porque aquello que iba a decirle podría quebrarla y tenia que sostenerla ahora Fina la necesitaba más que nunca - una vez que pase el tiempo que nosotros hemos dispuesto del coma, quedara en ella volver a despertar, veremos como reacciona su cuerpo en la próximas cuarenta y ocho horas pero quiero que seas consciente de que esto puede llegar a tomar tiempo todo dependerá de Fina y lo que su cuerpo pueda dar, tienes que ser fuerte Marta - aquello despertó aun mas inquietud en ella-.
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UN VESTIDO Y UNA FLOR
Historical Fictionen esta ocasión era real y más vivido que nunca porque el peso de la frente de Marta sobre la suya le hacían palpar su presencia, su mirada sosteniéndola mientras le ofrecía el mundo que era ella y su respiración marcando las pulsaciones de su pecho...