v. severus sounds like quejicus

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iv. severus sounds like quejicus

❛ one track mind, one track heartif i fail i fall apart

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❛ one track mind, one track heart
if i fail i fall apart. maybe it is all
a test, cause i feel like i'm the worst
so i always act like i'm the best. ❜

━━ oh no! by marina








Primer día de clases. Y Sydney ya llegaba tarde a su primera clase. No porque no se hubiese levantado con tiempo, sino porque una escalera había cambiado de dirección mientras ella la subía y ha tenido que esperar a que volviera a su posición original.

Y tenía que decirlo, las escaleras tardaban lo suyo en volver a cambiar. Por eso, Sydney había pasado de llegar con unos minutos extra a tener que correr por los pasillos para entrar a la clase antes de que su reloj marcase las ocho de la mañana.

Por su suerte, o su buena condición física, Sydney era rápida cuando corría por lo que llegó justo a tiempo a la clase. En el mismo momento que el profesor abría su libro para empezar la lección. A penas unos segundos antes de que el reloj diera las ocho.

La clase era compartida con los Slytherin de su mismo año, y como Sydney no estaba como para elegir sitio donde sentarse, dejó sus cosas en el primer asiento libre que vio en primera fila, al lado de un Slytherin de tez muy blanca y ojos grises, que contrastaban su pelo negro.

Sydney abrió su libro y preparó sus cosas mientras el profesor, quien resultaba ser un fantasma, empezaba a hacer una introducción a la asignatura: historia de la magia. Sydney tomó apuntes, pero se quedó extremadamente confusa cuando empezó a escuchar ronquidos y vio que era el propio profesor durmiendo.

—¿Le suele pasar mucho? —la pelirroja le susurró al Slytherin que estaba a su lado.

—El año pasado le solía pasar unas cuatro veces por hora. —el Slytherin susurró de vuelta.

Genial, un profesor que se dormía cada quince minutos aproximadamente. Sus clases iban a ser muy divertidas en ese caso.

—¿Eres nueva? —el Slytherin volvió a susurrar.

—Sí. Sydney Jackson. ¿Tú?

—Regulus Black.

El apellido hizo que Sydney recordara al perro, o más bien animago, que la hizo caer en la estación de Kings Kross el día anterior. El mismo que Lily había mencionado que se llamaba Sirius Black.

—¿Tienes algún parentesco con Sirius Black?

Regulus se quedó impactado al escuchar el nombre de su hermano. —¿Un día y ya lo conoces? ¿Qué ha hecho?

—Hacerme caer mientras estaba en su forma de perro.

Regulus asintió mientras suspiraba. —Eso es muy de Sirius. Pido perdón.

—No fue tu culpa.

Fue entonces cuando el profesor se despertó para empezar a hablar sobre unos exámenes llamados los T.I.M.O., que consistían en evaluar todo lo que habían aprendido hasta el momento en distintas asignaturas.

Esa era la primera vez que Sydney oía sobre esos exámenes, y le hizo querer tomar más apuntes que nunca para no perder ningún cacho de información.

✶⋆.˚꩜ .ᐟ˙⋆✶

Las clases eran cansadas, pero valieron la pena cuando Sydney se tumbó en la hierba a la orilla del lago que había en los terrenos cercanos al bosque prohibido junto a Nora y Lily, quienes preguntaban curiosas sobre su primer día de clases.

—Todo bastante aburrido. Había un profesor que se dormía todo el rato, era un agobio. He estado más rato hablando con el chico que tenía al lado que él dando clase.

—¿El profesor Binns? Suele pasar. ¿Quién tenías sentado al lado? —Lily preguntó con interés.

—Regulus Black.

—Ah, es amigo de Severus. Me cae bien, aunque es un poco reservado y no se junta con gente muy buena.

—Pues es amigo de tu amigo. —Nora se burló de Lily.

—Sí, pero yo se que Severus es mejor persona que Lucius Malfoy.

—Touché.

Severus. Ese nombre le era familiar a Sydney. La pelirroja trataba de recordar donde lo había escuchado hasta que se acordó de un nombre parecido que no paraba de decir James Potter el día de antes durante la visita al castillo.

—Severus se parece a Quejicus. —Sydney observó, tratando de saber si son la misma persona.

Nora empezó a reírse. —¿Y tú de dónde has sacado ese apodo?

—Me lo dijo Potter ayer. —Sydney no entendía que era tan gracioso.

—Como no. —Lily dijo en enfado.

—¿Qué pasa? —Sydney estaba realmente confundida.

—Que Quejicus es un apodo que le pusieron James y sus amigos a Snape a forma de burla.

—Ah.

Sydney no sabía eso. Y ahora se sentía parcialmente mal. Principalmente porque era el amigo de Lily del cual estaban hablando. Sin embargo, no estaba del todo arrepentida porque ella no sabía que el apodo era una burla.

Para el bien de Sydney, las chicas cambiaron de tema rápidamente pero como si fuese invocado, Sydney vio a James Potter acercarse a las tres chicas con un buen montón de hojas en las manos.

—Hola. ¿Interrumpo algo? —cuestionó el azabache.

—Sí, vete. —Lily dijo en tono de molestia.

—Pues resulta que venía para darle unos papeles a Sydney. Si no te importa, Lily.

—¿Y a mí por que me tiene que importar? Mejor para mí que te centres en ella.

James rodó los ojos levemente y se agachó para estar al nivel de Sydney. —Son unos cuantos trucos para llegar antes a las clases. Sirius me ha contado que casi llegas tarde a historia de la magia hoy, así que me he tomado la libertad de hacer estos dibujos explicativos porque ayer no me dejaste terminar la visita y explicarlo en persona.

Sydney se sintió mal al momento. Era verdad que ella había huido a mitad de la visita al castillo, y Sydney sabía que había hecho mal. Más aún cuando vio como el azabache le daba los papeles con una sonrisa.

—Potter yo... —se intentó justificar la pelirroja.

—Sin problema.

Dicho eso y papeles entregados, el azabache se levantó y se fue caminando por donde había llegado, dejando a las tres jóvenes sorprendidas y sin saber que decir.

Lily fue la primera en hablar, siendo la más sorprendida de las tres. —¿Qué acaba de pasar?

Ni Nora ni Sydney tenían la respuesta para esa pregunta. Estaban igual de confusa que Lily. Sydney por como James, a pesar de que ella hubiese huido a mitad visita, había sido tan amable de ayudarle a no llegar tarde otra vez y Nora y Lily, conociendo a Potter, estaban sorprendidas porque nunca había hecho algo así.

Esa misma noche Sydney revisó todos los papeles que James le había dado. Eran pasadizos, indicados de donde a donde, para poder llegar de una clase a la otra en tiempo récord. Sydney no podía creer lo que veía. Tan siquiera pensaba que fuera legal conocer todos esos pasadizos.

Sin embargo, James los conocía. Y eso hacía que el interés de la joven se disparara, queriendo saber por qué él haría algo así, y como ya conseguido tanta información de los pasadizos y cómo accederlos, pues en Ilvermorny esos datos estaban reservados sólo para el profesorado.

(esp) slut! ✹ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora