Moon River [Hannigram]

Chapter 8: The Creature

Cada paso se convertía en un eco de soledad y silencio bajo el manto estrellado de la oscuridad, sus pies descalzos dolían ante el frio del asfalto, caminando desorientado y sin rumbo mientras que su única acompañante la cual era la luna, lo había abandonado para rodearse de las nubes oscuras del firmamento.

Durante su trayecto, el asfalto de la carretera desapareció haciendo que sus pies tocaran libremente el suelo, el sonido de pisadas de un animal se escuchaba a su espalda pero solo decidió ignorarlo, su mente estaba en blanco, su cuerpo se movía por si mismo dejándose llevar por el sonido de las corrientes rápidas de lo que parecía un río y el canto de los grillos que eran atraídos por la humedad y la vegetación.

Cuando mas se hundía entre la frondosa vegetación de aquel lugar solo pudo escuchar el bufido de aquel animal que lo seguía, una especie de resoplido que hacen los siervos cuando están alarmados o en peligro, de repente el estadillo de una escopeta se escuchó en el aire haciendo que aquel siervo huyera despavorido por el oscuro bosque.

Lentamente volteó para ver de que se trataba, de la persona detrás de aquella detonación, lo único que podía divisar era la silueta de un hombre, la cual se acercaba hacia donde estaba, Will no se movió, no por miedo sino por curiosidad, bajo los pocos destellos de la luz de la luna pudo reconocer de quien se trataba.

Entre los susurros del bosque y el crujir de las hojas se fue acercando hacia donde estaba él, mientras una suave sonrisa algo malvada se dibujó en sus labios, como una sombra que se extiende lentamente al atardecer revelando bajo la superficie de su aparente tranquilidad un destello de intención siniestra.

Volteándose hacia el frente continuó con su trayectoria ignorando completamente el sonido de aquella escopeta siendo apuntada hacia él, caminó con rumbo fijo hacia al sonido de tan turbulentas aguas, sin embargo, cuando pudo salir de la oscuridad de aquel bosque lo que pudo ver fue la inmensidad del oscuro océano, no era un río, estaba sobre un acantilado mientras el viento golpeaba fuertemente contra su rostro desordenando su rizado cabello.

Con un estruendoso golpe contra el acantilado, las olas lanzaban cascadas de agua que se disolvían en el viento, como si el océano intentara reclamar la tierra con cada embestida. Lentamente se acercó, las piedras sobre el acantilado golpeaban duramente la planta de sus pies hasta el punto que sus pies comenzaron a sangrar.

Mientras las nubes oscuras del firmamento comenzaban a dispersarse por el basto cielo nocturno, la luz de la luna golpeó contra su rostro, alzó su mano hacia el frente para tapar los rayos de luz y así adaptar sus ojos al resplandor de la luna.

Cuando estuvo cerca de la orilla escuchó un ruido proveniente del bosque, el sonido de hojas siendo aplastadas junto al ruido de las ramas siendo destruidas a su paso, una criatura salió por aquel lugar del cual él mismo había salido, sus ojos se sorprendieron al ver que se acercaba a paso lento hacia él pero no quería apartar su mirada, se sentía hipnotizado por aquella bestia, quería saber qué era y poder tocarle.

Bajo la luz de la luna pudo divisar solamente la silueta de aquella bestia que asechaba sus sueños, lentamente se acercó y estirando sus manos pudo tocar levemente los cuernos que se desprendían de la cabeza de aquella criatura.

-"¿Qué eres?" - preguntó curioso en un susurro esperando una respuesta que jamás se dio -"¿Por qué yo?" - su mano bajó lentamente por el rostro de la bestia tratando de grabarse esa sensación pero este se apartó de él, Will intentó acercase nuevamente cuando de repente sintió sus manos ser atrapadas y una presión se dio contra su cabello haciendo que alzara su rostro hacia el oscuro firmamento.

Sus labios estaban entre abiertos tratando de exhalar el aire acumulado en sus pulmones, de pronto sintió como su piel se erizó al sentir el aliento de aquella criatura contra su cuello, su cuerpo se mantuvo estático, no se quiso apartar, aquel sentimiento se sentía bien, en cierto modo su cuerpo y alma se sentían enlazado ante aquella bestia que olfateaba su cuello con gusto, y luego, repentinamente, sus ojos se cerraron fuertemente al sentir unos dientes filosos hundiéndose en su cuello, su vista se nubló y sin mas un suave sollozo salió de su garganta.