4.•°♥§|El comienzo.|•

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— ... ¿Por qué?.. ¿Por qué? ¡¿Por qué?!— Se repetía constantemente.

—... Solo soy un pedazo de mierda... Un inútil... Un desperdicio, no sirvo para nada... Helen, todo es mi culpa... Lo siento, yo no... No quería, yo... Yo... Todo es mi culpa, todo... Mi madre... Mi padre... Mi destino... Todo, todo sería mejor si muriera... Ya estoy harto... Me odio, odio todo de mi...— Sonrío ligeramente.

— Solo soy un cadáver andante... ¿Verdad?.. No tiene sentido que siga viviendo... De todos modos, a nadie le importa... Este mundo está repleto de escoria humana, un número más... Un peón... Todo es mi culpa... Realmente, no te merecías ese final... Mi amor, yo... Yo... No, no merezco que me mires...— Sonríe aún más, las lágrimas empiezan a emerger de sus ojos, cayendo y manchando sus mejillas...

— ¿Helen?..— Miró a su lado, sorprendido.

¿Realmente era él?.. ¿Cómo podría saberlo?.. Estaba confundido, sentía que su corazón palpitaba a mil por hora... Se sentía nervioso y feliz.

—Creí... Creí... Creí que... Yo... Lo siento, todo fue mi culpa...— Sonría aún más y se acercó al castaño, lo abrazó con bastante fuerza...

O al menos eso creía... Lo que él veía era diferente a lo que los demás veían.

Para los demás solo era una lápida a quien él abrazaba.

Y para él era su mejor amigo... No lo había dejado, no lo haría... ¿Cómo podría hacerlo?... Él le prometió que estarían juntos, Helen nunca le mentiría... No lo haría, no... No lo haría.

— Helen... Helen...— Es lo único que repetía, mientras su expresión se tornaba a una de dolor, se sentía debíl... Muy débil, no había vuelto a sentir esa sensación... Al menos no cuando su propio padre había abusado sexualmente de él.

Después él padre del fallecido se acercó al joven, que se veía con lágrimas corriendo por su rostro y abrazando una lápida de una tumba recién construida.

— ... Se que es duro, no solo para ti... También lo es para mí esposa y mi familia... Se que eran demasiado cercanos, debemos aceptarlo... Él está muerto, Aritz... Ya es tarde. No podemos hacer nada.— Le dijo él padre de forma melancólica, tratando de que él menor entrará en razón.

— ... No está muerto, señor... ¿No lo ve?.. él sonríe ahora mismo... Está sonriendo, está feliz... Él nunca murió, usted me miente... Todos me mienten.— Seguía sonriendo de forma triste.

— ¡Él está muerto! Aunque no lo aceptes, ¡Él murió!.. ¡Abre los ojos! ¡Tus malditos ojos!— Le gritó con furia y rabia contenida a viva voz.

— ¡Él no está muerto! ¡No lo está!— Después sintió como un poco de sangre de su nariz manchaba sus labios de carmesí.

— ... Él murió... Acéptalo...— Lo reprendió.

— ¡No!, ¡No está muerto!— Él joven dejó de abrazar a la lápida y se levantó de la tumba.

Vió una vez más la tumba de su mejor amigo, él veía que su amigo sonreía... Su cuerpo, su rostro... Su hermoso rostro, todo lo que lo hacía el mismo.

No pudo soportar verlo más, retrocedió inmediatamente. Aún sin aceptar la muerte de a ese alguien que consideraba su hermano, corrió hacía la salida.

Empezó a llover, esas gotas de agua que caían del cielo empezaron a empapar su ropa a medida que avanzaba. No le importaba, solo quería estar lejos.

Corrió demasiado hasta que no se dió cuenta de que estaba sobre la carretera y un camión estaba a punto de arrollar su cuerpo.

Antes del impacto, vió pasar todos sus recuerdos frente a sus ojos, cómo si pudiera sentirlos.

... Continuará...

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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🅂🅄🄴🄽̃🄾🅂 𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora