Sinking Woman || ¡YandereF! Siren X Lectora

Siren's Song

Después de tu descubrimiento, diste media vuelta y corriste hacia la cabaña de tu abuela.

Esto no estaba bien. Esto no era real. Querías volver a casa y encontrar a Jenny bebiendo un granizado en la mesa del comedor, tomando sol en la playa, cualquier cosa.

Recorriste todo el lugar buscándola. Tal vez te perdiste algo... Una nota que decía que había ido a navegar con un amigo o que había conseguido que otro tonto triste la llevara a comprarle alcohol. No encontraste nada. Aun así, te sentaste en la sala de estar y, como una tonta, esperaste a que regresara.

Cuando pasaron las horas y aún no había señales de ella, perdiste la esperanza. Jenny realmente estaba muerta y no iba a regresar. Fue entonces cuando la culpa se apoderó de ti. Si nunca le hubieras hablado de tu amiga Jenny a Seren, ¿seguiría viva? Si te hubieras dado cuenta antes de que Seren era una sirena y hubieras dejado de verla, ¿podrías haber evitado la muerte de Jenny?

Cuando el sol se puso, lo único que sentías era rabia. Necesitabas enfrentarte a Seren... Si no por Jenny y todos los demás que ella mató, al menos por ti.

Dejaste que la puerta del porche trasero se cerrara de golpe y saliste corriendo hacia la playa en dirección al puerto deportivo. Estaba acordonado con cinta policial, pero no había nadie allí que te impidiera la entrada, así que te agachaste bajo la cinta amarilla y entraste directamente.

"Eres una sirena" susurraste mientras estabas de pie en el borde de los muelles. Estabas temblando, pero no solo de frío.

Por un momento pensaste que estabas completamente sola, hasta que una cabeza de mujer emergió de las aguas. "¡Por supuesto que lo soy!” dijo, como si no fuera ningún secreto, como si no fuera un monstruo. "¿Qué creías que era?"

"¡Una sirena, por el amor de Dios! Desde luego, no una..." Siempre tuviste la costumbre de ver lo mejor de las personas. Tenías que hacerlo para amar a Jenny a pesar de su narcisismo. Nunca lo habrías pensado... Pero eso era justo lo que pasaba, ¿no? Nunca lo pensaste. "Viniste aquí para que te diera mi respuesta, ¿no? Bueno, mi respuesta es no"

Se oyó un chapoteo y luego Seren se subió al muelle. Era la primera vez desde el momento en que la conociste que parecía un animal salvaje, algo salvaje. Normalmente era la cumbre de la composición y la gracia. Ahora estaba gruñiendo: "¿Por qué? ¡Dame una buena razón!"

"¡Sabes por qué!" gritaste, dando varios pasos hacia atrás. Estabas a salvo siempre que te mantuvieras fuera de su alcance. Ella era lenta y vulnerable en tierra. Tus manos ansiaban un arpón, un cuchillo para filetear, algo justo ahora. Ojalá no la hubieras salvado esa fatídica noche. Entonces Jenny todavía estaría viva y respirando "¡Mataste a Jenny!"

"Tenía que hacerlo, ella era mi rival. Aún albergabas sentimientos por ella. Necesitaba demostrar que yo era la mejor compañera", dijo simplemente, como si fueras irracional al pensar que existía alguna realidad en la que ella y Jenny pudieran coexistir.

Soltaste una carcajada "¿Y qué pasa con las otras docenas de personas que han desaparecido por aquí? ¿Eran también tus rivales?" Pensaste en las capas y capas de volantes de personas desaparecidas que había en el tablón de anuncios frente a la tienda de Gavin. Había niños en ese tablón, por el amor de Dios.

¿Se los comió? ¿O simplemente los atrajo hacia la muerte para su propia diversión?

Hubo un silencio que duró un segundo entre ustedes dos. Entonces, ella se acercó a ti y te cantó: "Querido corazón, no eran importantes. Eran solo humanos lo suficientemente tontos como para ahogarse en el mar. Pero tú eres diferente..."

Sí, lo sabías. Siempre supiste que eras especial. Podías resistirte a los cantos de sirena por la sangre selkie que corría por tus venas. Tu abuela había intentado advertirte, pero tú la ignoraste, no la escuchaste. Y ahora estabas pagando el precio.

"Adiós, Seren" dijiste con frialdad "Si realmente me amas, te irás de este lugar y nunca volverás" Con esa despedida final, te diste la vuelta y te alejaste. Ella te llamó, pero la ignoraste.

Se suponía que este sería tu regreso a casa... Tu dichoso reencuentro con el mar. Ahora entendías por qué tu madre nunca regresó a la cabaña de su madre. Mirar el océano abierto, ese horizonte que se extendía hasta el infinito, trajo de vuelta demasiados recuerdos dolorosos.

La imagen del cadáver de Jenny todavía estaba fresca en tu mente. Serías feliz si nunca volvieras a ver un cuerpo de agua.