Coincidencia

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La mañana en la que Perú despertó no podría ser peor. Había pasado ya una semana desde que él y Estados Unidos intercambiaron números y como personas normales empezaron a hablar. Primero eran unos cortos minutos, de los minutos se hacían horas y de las horas a días convirtiéndose en una racha inquebrantable en la cuál durante todos los días de la semana siempre conversaban sin importar el contexto en el qué estuvieran, y sí que disfrutaban la "compañía" del otro.

Obviamente sus hermanos lo notaron, el primero fue Bolivia que pasó de estar en las tardes tardes jugando Ping Pong con Perú a amenazarlo con romper su raqueta favorita si no dejaba el celular.

El segundo fue México, pues cuando él usaba la palabra aguacate para enfadarlo simplemente Perú no le tomaba importancia a lo que su hermano norteamericano le decía, volteaba sus ojos color miel e iba a su cuarto a encender su computador.

El tercero fue Chile ya que al parecer Perú empezó a comprender más su léxico y eso le resultó extraño.

El cuarto fue Argentina y los quintos (o debería decir quinto, sexto y séptimo) fueron los hermanos tricolor.

Ellos lo sabían, algo le sucedía a su hermano.

Era sorprendente que España no se haya dado cuenta de eso aún pues según los demás hermanos Perú era el que más privilegios de su padre gozaba.

Pocos sabían que era porque realmente Tahuantinsuyo, la madre del peruano, fue la única mujer que España logró amar verdaderamente.

Volviendo a la historia, nos encontramos a Perú recién levantado, con los cabellos bicolor levantados cómo si de un punk se tratase. Bajó hacia el comedor usando las escaleras (está vez no se cayó) y se sirvió un vaso con agua. Desde la lejanía lo observaban tres latinos: Chile, Argentina y Bolivia.

Ellos vigilaban cada paso o actitud qué su hermano hacía, buscando saber el origen de porqué el cholito estaba tan distanciado de ellos esas semanas.

Vieron a Perú subir las escaleras.

No lo iban a dejar irse tan rápido.

— PERÚUU — el peruano volteó al escuchar que lo mencionaban y vió a su hermano Chile acercándose a él con dos raquetas de Ping Pong.

— Ah? Qué quieres Chile, Estoy apurado ahora.

— Vení poo, vamos a jugar un ratito al ping pong dale?

— ... Tú odias el Ping Pong.

— S-sí! Pero ya sabí... A Bol le gusta y él me lo pegó!

— Solo un rato Chile. — dijo Perú tomando una de las raquetas que sostenía el chileno para ir hacia un cajón y sacar la respectiva pelota de ping pong.

— DALE — dijo Chile con un entusiasmo que se veía reflejado en sus ojos, dió una seña cómo de "👍" hacía su lado derecho para que sus demás hermanos aún escondidos en algún lugar cercano pudieran verlo.




                                     [...]



— ¿Qué hora es?

— Mmh dejá prendo el celular. 1:37, por?

— MIERDA CHILE — soltó la raqueta y la dejó caer sobre la mesa de ping pong, sin siquiera despedirse salió del patio de su casa y entró nuevamente hacia el comedor.

Argentina y Bolivia miraban al Chileno extrañado por la repentina actitud de Perú.

Chile persiguió a su hermano hasta alcanzarlo y detenerlo agarrándolo de los hombros.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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