Capítulo 2: "Una Noche de Diversión"

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(Pov Jennie)

Me senté en la barra, mirando a mi alrededor con desdén. Este bar era un lugar tan ordinario, tan lleno de gente común. Pero estaba aquí con mi amiga Rose, y necesitaba divertirme.

La mesera vino a servirnos. Era una chica joven, con una sonrisa tonta y unos ojos marrones que parecían adorar a todo el mundo. Me reí para mis adentros. Era tan ingenua.

"¿Qué tal si nos traes algo de beber, cariño?", le dije, sonriendo de manera condescendiente. La mesera se sonrojó y asintió, tomando nota de nuestro pedido.

Cuando volvió con nuestras bebidas, Rose me susurró: "Jennie, mira cómo te mira. Está enamorada". Me reí y le dije: "Por supuesto que lo está. ¿Quién no estaría enamorado de mí?"

La mesera se acercó de nuevo y le dije: "Oye, cariño, ¿cuánto por tus servicios? ¿Eres una mesera o una puta?" Rose se rió y la mesera se sonrojó, mirando hacia abajo. "Lo siento, no entiendo", dijo.

Me reí y le dije: "No importa, cariño. Solo era una broma". Pero sabía que no era una broma. Sabía que estaba tratando de hacerla sentir incómoda, de mostrarle quién era la que mandaba aquí.

Pero cuando la mesera se alejó, no pude dejar de mirarla. Había algo en ella que me atraía, algo que me hacía sentir curiosa. Y eso me molestaba. No estaba acostumbrada a sentirme así.

Rose me dio un golpecito en el brazo y me dijo: "Jennie, te estás pasando. No la hagas sentir incómoda". Me reí y le dije: "No te preocupes, solo estoy divirtiéndome".

Pero no podía sacar mis ojos de la mesera. Había algo en ella que me atraía, algo que me hacía sentir curiosa. Me pregunté qué sería, qué tendría esa chica que me hacía sentir así.

Cuando la mesera volvió a servirnos, le dije: "Oye, cariño, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Algo emocionante, espero". La mesera se sonrojó y dijo: "No mucho, solo trabajo y cuido de mi hermano".

Me reí y le dije: "Ah, qué aburrido. Deberías salir más, divertirte un poco". La mesera sonrió débilmente y se alejó.

Rose me dio un golpecito en el brazo y me dijo: "Jennie, para ya. Estás siendo demasiado". Me reí y le dije: "No te preocupes, solo estoy jugando".

Amor Sin LimítesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora