Capítulo 13: "La verdad duele"

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Me quedé en silencio, procesando las palabras de Lisa. Sabía que tenía razón, pero me dolía aceptarlo. Me sentía como si estuviera perdiendo mi identidad, como si mi ego estuviera siendo desmantelado.

Rose me miró con tristeza y me dijo: "Jennie, la verdad duele, pero es necesaria. Necesitas escuchar a Lisa y reflexionar sobre tus acciones".

Me sentí un poco más calmada, pero todavía me costaba aceptar la verdad. Me sentía como si estuviera en una batalla interna, luchando contra mi propio ego.

"¿Qué debo hacer?", le pregunté a Lisa, con una voz débil.

Lisa me miró con firmeza y me dijo: "Debes reflexionar sobre tus acciones y pedir perdón de corazón. Debes cambiar y demostrar que eres una persona mejor".

Me sentí como si me hubieran dado una tarea imposible, pero sabía que era necesaria. Sabía que debía cambiar y crecer como persona.

Asentí con la cabeza, decidida a reflexionar y cambiar. Me fui a casa, me senté en mi habitación y empecé a pensar en mis acciones. Me di cuenta de que había sido egoísta y cruel, y que necesitaba hacer las cosas bien.

Pasé horas reflexionando, llorando y escribiendo en mi diario. Me di cuenta de que era una mujer adulta de 30 años y que era hora de crecer y madurar. Era algo irónico que lisa con 18 era mucho más madura que yo y me sentí tan idiota.

Al día siguiente, me levanté con una nueva actitud. Me vestí con ropa cómoda y fui a la casa de Lisa. Toqué el timbre y esperé. Cuando Lisa abrió la puerta, me miró con sorpresa.

"Jennie, ¿qué haces aquí?", me preguntó.

"Quiero hablar contigo", le dije. "Quiero pedirte perdón y demostrarte que he cambiado".

Lisa me miró con escepticismo, pero me dejó entrar. Me senté en el sofá y empecé a hablar. Le dije que había reflexionado y que me había dado cuenta de mis errores. Le dije que quería ser una mejor persona y que quería reconstruir nuestra amistad.

Lisa me escuchó en silencio, mirándome con ojos críticos. Pero cuando terminé de hablar, vi un destello de esperanza en sus ojos.

"Está bien, Jennie", me dijo. "Te creo. Pero debes demostrarme que has cambiado".

Asentí con la cabeza, decidida a hacer las cosas bien. Pasé el resto del día con Lisa y su hermanito, Min-soo. Jugué con él, le leí cuentos y lo abracé. Me sentí como si hubiera encontrado una nueva familia.

Amor Sin LimítesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora