En una fría y nevada tarde de invierno en Birmingham. La nieve cae suavemente, cubriendo las calles y los edificios con un manto blanco. Los Peaky Blinders, liderados por Thomas Shelby, se dirigen a un lugar para realizar un trabajo de negocios. La pandilla avanza con determinación, las botas crujientes sobre la nieve y el aliento visible en el aire gélido.
Mientras doblan una esquina, Thomas se detiene abruptamente, chocando de frente con una pequeña mujer rubia platinada que parecía haberse materializado de la nada. Rosetta Swan, con su conjunto de invierno celeste hielo de ensueño, se frota la nariz respingona, mirando hacia arriba y encontrando el rostro del hombre que la ha acosado con una ferviente obsesión.
Rosetta: "Thomas..." —murmura ella, su voz suave y temblorosa por el frío y la sorpresa.
Thomas la mira intensamente, sus ojos azul acero centelleando con una mezcla de posesividad y admiración.
Él ha estado obsesionado con ella, rogándole que se case con él en múltiples ocasiones. Su expresión cambia de sorpresa a un deseo intenso mientras sus hombres, Arthur, John, y los demás Peaky Blinders, se detienen detrás de él, observando la escena con curiosidad y confusión.
Thomas: "Rosetta, no esperaba encontrarte aquí." —dice, su voz profunda y cargada de emoción.
La delicada Rosetta se siente atrapada entre la sensación de ternura que ha comenzado a desarrollar por Thomas y la incomodidad de su comportamiento acosador. Sin embargo, la cercanía entre ambos provoca que un rubor aparezca en sus mejillas pálidas, dándole un aire aún más angelical.
Arthur Shelby: "Tommy, ¿qué está pasando? ¿Quién es ella?" —pregunta, su voz ronca y llena de curiosidad.
John Shelby: "Vaya, parece que Tommy ha encontrado su ángel de la nieve." —dice con una sonrisa burlona, observando la forma en que la delicada mujer rubia está vestida y lo que provoca en su hermano.
Rosetta: "Yo... perdón por chocar contigo. Solo estaba tratando de escapar de unos niños traviesos." —explica, mirando a Thomas con sus grandes ojos azules llenos de inocencia y una pizca de miedo.
Thomas: "No te preocupes, Rosetta. No tienes que disculparte." —responde, su voz suave, mientras da un paso más cerca, sintiendo la necesidad de protegerla y marcar su territorio frente a sus hombres.
Mientras tanto, los otros miembros de la pandilla intercambian miradas, sorprendidos por la forma en que Thomas, conocido por su dureza y frialdad, parece tan embelesado por esta joven. La ropa de Rosetta, que no parece acorde a la época, atrae miradas de admiración y envidia, especialmente de los hombres que no pueden evitar notar su figura curvilínea y su belleza etérea.
Polly Gray: "Tommy, tenemos negocios que atender." —interviene con su voz firme, tratando de traer a Thomas de vuelta a la realidad.
Thomas: "Lo sé, Polly. Pero Rosetta viene con nosotros." —declara, tomando una decisión impulsiva que muestra su deseo de tenerla cerca.
Rosetta: "¿Con ustedes? ¿A dónde vamos?" —pregunta, sintiéndose abrumada por la situación pero también intrigada por la firmeza en la voz de Thomas.
Thomas: "A resolver unos asuntos. No te preocupes, estarás a salvo conmigo." —le asegura, ofreciendo su mano para guiarla. Rosetta, aunque un poco asustada, toma la mano de Thomas, sintiendo una extraña mezcla de seguridad y miedo. Los Peaky Blinders continúan su camino, con Rosetta ahora caminando junto a Thomas, quien no suelta su mano ni por un momento. Los pensamientos de Thomas son un torbellino de deseo y protección, obsesionado con la idea de que Rosetta le pertenece.
Arthur y John intercambian miradas de asombro, mientras Polly observa a la joven con una mezcla de desconfianza y curiosidad. La pandilla llega a su destino, un almacén en las afueras de la ciudad, donde Thomas debe cerrar un trato importante.
Dentro del almacén, Thomas mantiene a Rosetta cerca, sus ojos vigilantes sobre ella mientras maneja el negocio con una frialdad característica. Los otros hombres en la habitación no pueden evitar lanzar miradas furtivas a Rosetta, lo que provoca una oleada de celos irracionales en Thomas. Finalmente, el trato se cierra y Thomas, con una firmeza posesiva, lleva a Rosetta con el a The Garrison Pub. Allí, se sienta con ella en una mesa apartada, sus manos grandes cubriendo las delicadas de ella.
Thomas: "Rosetta, tienes que entender que no puedo dejarte ir. Eres mía, y haré todo lo posible para protegerte." —dice con una intensidad que asusta y fascina a la joven.
Rosetta, sintiendo el peso de sus palabras, asiente lentamente, su mente llena de pensamientos contradictorios. A pesar de todo, hay una parte de ella que se siente atraída por la fuerza y la devoción enfermiza de Thomas, una parte que anhela la protección y el amor que él promete, aunque esté envuelto en una obsesión peligrosa. Los demás Peaky Blinders observan desde lejos, sabiendo que algo ha cambiado en su líder, y preguntándose qué impacto tendrá la pequeña Rosetta Swan en su mundo de crimen y poder.
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Peaky Blinders - RD (Flash Baks)
RandomFragmentos de memorias de mi RD peaky Blinders.