━━🧬 DÓNDE EMILY un joven estudiante de criminología que estudia en una de las universidades más prestigiosas, se ve envuelta en una relación con su profesor, teniendo así un confuso año.
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━━🧬 DÓNDE SPENCER un exalumno de criminología vuelve a la...
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╰┈➤🧬 capítulo cuatro "¿la imaginación de un hombre?"
CIERTA TENSIÓN SENTÍA SPENCER AL TENER FRENTE A ÉL A la joven de sus más oscuros pensamientos, siempre trataba de mantener la calma frente a ella, por más que él intentará alejarse, ella siempre lo buscaba, en cierta manera a él le gustaba eso pero a la vez lo asustaba.
Ella era su adrenalina, tan pura y adictiva, cada que miraba sus labios sabía que eran su perdición, una voz en su mente pedía a gritos que la besara, ¿Pero cómo iba a hacer posible? Él era su profesor y ella una estudiante más, por más que tratara de escuchar a su voz para que sea coherente prefería seguir pensando en ella de maneras inapropiadas.
Esa tarde después de ver cómo ella desaparecía de aquel salón de clase, dejándolo completamente sólo, se fue a su oficina, sentado frente al escritorio cerró los ojos, echando su cabeza hacia atrás comenzó a recordar todas esas cercanías y coqueteos que ambos hacían, pero ese día el coqueteo dejó de ser broma a convertirse en realidad, algo que hacía que Spencer le excitaba de cierta manera.
Recordó cómo ella había puesto su mano en el hombro de él, el calor que sintió en su piel, recordó sus labios, sus encantadores ojos, su voz tan hipnotizante y su cuerpo tan encantador que haría enloquecer a cualquiera que lo viera y sabía que él no sería la excepciones, como alguien tan pequeño podría ser tan encantador y excitante en todos los sentidos.
Al seguir pensando en ella, comenzó a sentir que algo le apretaba el pantalón, abrió los ojos y noto un bulto en sus pantalones, estaba sorprendido, nunca le había pasado algo como eso, había tendió varias parejas pero ninguna de ella había logrado lo que Emily había conseguido, ¿Cómo podría excitarse tanto con una estudiante?
Trato de mantener la calma y empezar a pensar en otra cosa, pero cada vez que estaba apuntó de dejar de pensar en ella, el recordatorio de sus labios se lo impedían, cansado de no poder sentir el cuerpo de la castaña, decidió ir a lo que él una vez prometió no hacer desde que él era joven.
Desabrochando su cinturón y después su pantalón, bajando ligeramente su boxer, dejando al descubierto su miembro, escupió ligeramente su mano para después comenzar a moverla de arriba a bajo, comenzó con movimiento lentos, después de un momento y de seguir pensando en los labios de ella, aumentando más su ritmo, sentía que estaba a nada de llegar al clímax, no escucho que alguien tocaba la puerta.
Soltando algunos jadeos, tratando de conocerse para no decir el nombre de ella, están tan cerca de llegar a su clímax, hizo su cabeza hacia atrás, logrando despeinarse un poco, antes de llegar, escuchó como alguien golpeaba insistentemente la puesta, subiéndose el boxer y después el pantalón, se dirigió a la puerta.
Sin abrir completamente la puerta el se asomo para ver de quién se trataba, era ella, la causante de sus pensamientos más perversos y excitantes, se llevó una ligera sorpresa al verla ahí frente a él, su rímel corrido y su nariz roja, se veía tan indefensa, algo que lo excitaba más.
