CAPÍTULO 1 - Arabella

16 1 0
                                    

Ian – Los Angeles / Septiembre

Estaba relajado escuchando música en la cafetería del instituto (sí, solo. No es tan triste como suena. En realidad, es bastante relajante.) cuando mi amigo, Paul, se acerca a mi mesa. No es uno de mis amigos más cercanos, pero es simpático. Quizás demasiado.

— ¡Hey, Ian! —me saluda con su característica alegría—. Los chicos vamos a ir a un club esta noche, ¿Vienes?

— Claro, necesito una cerveza y música de mierda para relajarme un viernes por la noche —le contesto medio en broma medio en serio.

Por un minuto me mira incrédulo y luego se le pasa adoptando una nueva sonrisa. Casi siento la necesidad de poner los ojos en blanco.

— ¡Genial! Porque los exámenes me están matando y hoy quiero beber hasta olvidar mi nombre.

— Es un gran plan de vida —respondo indiferente, pero él no capta el sarcasmo en la oración y aumenta su sonrisa asintiendo efusivamente.

Estará bien relajarme por una vez y no preocuparme por nada. Ni de mamá, ni de las cuentas, ni de los estudios... Ya veré lo que haré con eso, preocuparse por adelantado es inútil.

Espero que nadie me moleste hoy, alguien como... ¡Mierda! ¡Flo! Lo olvidé completamente; si esa loca me acosa en el club lo más probable es que salga de ahí con una migraña gigantesca y una denuncia por asesinato.

Mejor explico esto bien: Florence Martin o Flo, como la gente le llama normalmente, es una amiga de un amigo, pero también se la conoce como mi acosadora personal. Sí, lo admito, nos liamos varias veces, pasamos noches juntos, pero nunca fue nada serio y se lo dije. Pero no lo entendió y ahora se piensa que es mi novia y que tiene que alejar a todas las mujeres que se acercan a mí, me hablan o me miran siquiera.

Soy honesto cuando digo que le tengo mucho miedo. Mis amigos se ríen de mí porque siempre estoy huyendo de ella, ¿Pero qué harías tú si una jodida loca te persiguiera por la vida y te espiase (podría apostar) hasta cuando te estás duchando de noche? Pensarías que vas a morir, obviamente. Eso es lo que yo pienso todos los días de mi vida.

— Espera... ¿Va a venir Flo? —pregunto asustado, pero tratando que no se note.

Paul, que ya sabe lo que pasa, se ríe de mí y palmea mi espalda.

— No sé, tío. Van a ir todos —responde intentando contener su carcajada. Le miro mal y aparto su mano de mi espalda.

— ¿Le has dicho que voy yo? —trato de ser más claro.

— Esto... No... Creo. Pero, hombre, olvídala y disfruta de esta noche, ¿Vale? —y después de decir esto se va dejándome solo con mis pensamientos.

Como soy una persona tranquila olvido rápidamente el tema y me vuelvo a poner los auriculares.

****

Termino de prepararme y cuando estoy a punto de salir solo hay un obstáculo frente a la puerta: Bob, el novio de mi madre.

— Así que... De fiesta, ¿eh? —me dice con esa voz rasposa de borracho que tiene, aunque sé que le van más las drogas—. ¿No deberías trabajar para ayudar a tu madre en vez de ir a hacer el vago por ahí con los inútiles de tus amigos?

— ¿No debería decirte yo eso a ti? —pregunto fingiendo confusión. Él realmente no es nadie para echarme nada en cara.

— ¡Ja! —se ríe amargamente y me apunta con el dedo—. Mira, niño, yo te he criado junto a tu madre y realmente no me has visto de malas, así que te recomiendo que te calmes y si yo te digo que hagas algo lo haces, si te digo que corras lo haces y si te digo que lamas el suelo porque a mi me sale de los huevos también lo haces, ¿Entendido?

Baby Came HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora