CAPÍTULO 3 - Under Pressure

1 0 0
                                    


CAPÍTULO 3

Under Pressure

Rose – L.A. / Octubre

Despierto en mi cómoda cama de seda gracias al característico Sol de California que entra por la ventana. Al abrir los ojos observo mi espaciosa habitación y siento el olor a tortitas recién hechas por mi madre. Sonrío, es mi desayuno favorito. Me levanto de la cama y me dirijo directamente hacia la cocina donde me esperan mis padres. Mi hermano probablemente está en la playa de al lado, surfeando. Papá le habría acompañado si no tuviese que llegar temprano hoy al bufete de abogados en el que él y mamá trabajan. A pesar de que tengan mucho trabajo siempre tratan de encontrar tiempo para nosotros.

Al entrar en la cocina encuentro a mis padres y el maravilloso y completo desayuno que me espera en la mesa. No es mi cumpleaños, pero mamá siempre trata de darnos una alimentación completa.

Ellos ya están comiendo y yo me siento en la mesa. Hablamos de banalidades hasta que mi hermano, sin camiseta y mojado, entra en la cocina y empieza a desayunar con nosotros.

Me voy a levantar de la mesa para prepararme para el instituto, pero la voz de mi padre me interrumpe:

— ¿Cuándo piensas despertarte, Rose? —me pregunta y su mirada ahora es más tétrica y oscura que antes.

— ¿Qué? —pregunto incrédula y observo el rostro de los miembros de mi familia restantes y veo que todos tienen el mismo gesto tétrico que mi padre.

— No puedes vivir para siempre en un mundo de sueño. Esto no es real, esta no es tu vida, Rose. Despierta —dice esta vez mi madre. Y ni siquiera llego a empezar a pensarlo porque escucho un sonido fuerte de algo cayendo al suelo.

Abro los ojos de golpe, despertándome alterada. Mi corazón empieza a tranquilizarse al notar el disminuido espacio en el que me encuentro. Mi habitación, el único dormitorio de la casa. Solía ser de mi padre, pero... Digamos que ya no lo necesita. Me caigo de la cama (si es que se le puede llamar así a un pequeño colchón viejo en el suelo) al buscar mi móvil a tientas en el suelo de la oscura habitación. Lo encuentro y miro la hora en su pequeña pantalla (no, no tengo un Smartphone de esos, es un Nokia indestructible de mierda. No me importa, no necesito más). 5:05 de la mañana. Bien, la hora perfecta para ir a trabajar. Trabajo en un bar de mala muerte que no está muy lejos de mi casa, pero sí lo suficiente como para que no lo frecuente mi padre.

Salgo de mi cuarto y me encuentro con el cuerpo de papá tirado en el suelo con una botella rota al lado. Ah, con que eso fue lo que me despertó.

"Gracias, papi."

Tranquilos, no está muerto... Creo.

Voy a la cocina (que está al lado del salón, es una "casa" tan sofisticada que lo tenemos todo en una misma sala. ¿No es increíble?) a por una escoba y empiezo a barrer los cristales, y unas latas de cerveza, que están por el suelo mientras pienso en porqué aguanto esto.

Es la vida que te ha tocado llevar. No puede ser diferente.

Tengo que aceptarlo. Tampoco es como si fuera capaz de abandonarlo... Jamás sería capaz de hacer eso. Por desgracia tengo que aceptar mi realidad y seguir adelante.

Después de limpiar el cuchitril en el que vivo busco comida en la cocina. Hum, pan duro y viejo, y mermelada. Bueno, servirá para el camino.

Me visto rápidamente, me lavo los dientes y salgo de casa ignorando las cartas de las cuentas que aún no he pagado que hay al lado de la puerta.

****

Es la hora de comer. Llevo toda la mañana trabajando y me muero de hambre. Solo quiero ir al McDonald 's más cercano y comerme por lo menos diez Happy Meals, a ver si me alegran un poco. Sería capaz de comerme a dos niños y a sus padres en este momento.

Baby Came HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora