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—¡Vaya, este centro comercial parece haber sobrevivido a un apocalipsis incluso antes de que comenzara el apocalipsis zombie!—dijo Maloy muy alegre.

—No es momento para chistes, Maloy. Estamos aquí para encontrar suministros. —respondió Fredo asustado.

—Fredo tiene razón, chicos. Necesitamos ser rápidos y discretos. No sabemos cuántos zombis podrían estar acechando.

Estábamos en Comercial Santy, tras 1 día de zombies el lugar estaba casi vacío, al parecer muchos supervivientes habían pasado antes que nosotros.
Yo estaba con las botellas, Maloy con las chuches, Oka con las bolsas de comida rápida y Fredo con las latas de conserva, pero tras un movimiento errático, una lata se cayó al suelo provocando un estruendo que se difundió por el eco.

—¡Cuidado con esa lata, Fredo! —le dije.

—¡Buena, Fredo! Ahora los zombis nos van a invitar a un té con cerebros. —dijo Maloy algo molesto.

—Silencio, chicos. Escucho algo. —nos dijo Oka.

—¡Oh no, oh no, oh no! ¿Qué hacemos? —preguntó Fredo.

—Volvió con las preguntas a cada rato, Fredo, te voy a matar. —le dije molesto.

—Tranquilo, Fredo, no te preocupes. Oka, ¿tienes algún plan? —preguntó Maloy.

—Sí, sí. Vamos a usar esas cajas para bloquear su camino. Doddy, ayúdame con esto. —me dijo.

—¡Vamos, chicos, rápido! ¡Empujen esas cajas! —les dije.

Entre todos, empujamos una estantería de cajas de vasos haciendo aún más ruido, con eso pudimos descubrir que habían 3 zombies en el lugar, ellos corrieron hacia el ruido, nosotros al verlos, dimos un pequeño rodeo escondiéndonos en otra estantería para poder esquivarlos.

—¡Eso es! ¡Ahora corramos hacia la salida! —dijo Maloy muy contento.

—¡Esto es peor que una montaña rusa! ¡No puedo más! —dijo Fredo.

—¡Vamos, Fredo, no te detengas ahora! ¡Ya casi estamos afuera! —le respondió Oka mientras nos guiaba a la salida del centro comercial.

Llegamos hasta cerca de la salida, queríamos aprovechar en coger algunos suministros más.

—¡Hey, chicos! ¡Encontré un tarro de mermelada de jalapeño! ¡Esto pondrá un poco de picante a nuestras vidas en medio de este caos! —dijo Maloy con tono bromista.

—¿Creen que deberíamos llevar todas las latas de frijoles? Nunca se sabe cuánto tiempo estaremos aquí. —dijo Fredo algo nervioso mientras miraba alrededor.

—Fredo, llevemos solo lo que podamos cargar cómodamente. No queremos ralentizarnos o atraer atención no deseada. —intervino Oka calculando las opciones.

—Yo ya estoy servido de Cheetos y latas de sardina. —dije. —Ahora, vámonos. —añadí.

Al salir, no había nadie, teníamos las mochilas llenas de comida y la vía libre. Fue una dura tarea, tuvimos que ir escondiéndonos de todo lo que se moviera. Llegamos al Mercado Central, estaba vacío, no se oía nada, incluso el viento hacía mucho ruido.

—¡Lo logramos, chicos! Ahora, ¿Ahora a la casa de Oka, verdad? —preguntó Fredo. —¿Por cierto... Donde están los zombies? —preguntó de nuevo.

—Estarán zombiando, tu que crees. —le respondió Maloy sarcásticamente.

—Sssssh —les dije.

Había un zombie mirando a la pared, no parecía poder vernos, pero reaccionó al sonido que les hice a Fredo y Maloy.

—Bien, chicos. Este es el plan, lanzaremos una piedra para hacer que siga el ruido y se aparte. —dije.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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