Apocalipsis 6:0 - La Corte

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6:1 -Nosotros estamos aquí -indica Matthew con su dedo índice, señalando un punto en el mapa que acaba de extender sobre la mesa. El mapa es de papel, y tiene dibujos y anotaciones a mano.

Nos habíamos movido de habitación, alejándonos del ventanal para poder encender las lamparas de mano con libertad.

Estuvimos frente al ventanal solo un par de minutos después de que Ezequiel saló al podio.

Matthew intentaba localizar a su padre, pero a esta distancia y con tanta gente era imposible.

Yo por mi parte me dediqué a ver como el hombre que había estado presente durante toda mi vida como sacerdote de la iglesia a donde iba mi familia ahora era el líder de un grupo peligroso de fanáticos religiosos.

El mismo hombre a quien yo creía muerto. Suicidado. Aquel día que visité el templo.

-Parece que viste un fantasma -masculló Mathew.

Hasta ese momento no me había dado cuenta que estaba mirándome fijamente.

No lograba entender como Ezequiel se había convertido en eso. Pero un flashazo de los cuerpos colgando en el templo y de él persignando a la mujer con un arma antes de matarla cruza por mi mente.

Y entiendo que si, siempre fue capaz de esto.

-Voy a ayudarte -le digo a Mathew-. Pero qué me asegura que me ayudarás después.

-Lo mismo que me asegura que tu me ayudarás ahora -exclama.

Nos quedamos mirando durante unos segundos a los ojos, dudando el uno del otro.

-Yo se que no vale nada -dice-. Pero que sea un pacto.

Extiende su mano hacia mi.

Dudo durante unos segundos, pero termino estrechándola con fuerza. 

Hacía mucho que no estrechaba la mano con alguien que se sentía extraño. 

El contacto humano. 

Se sentía... bien.


6:2 -Hoy por la mañana fuimos asaltados por un grupo de langostas -me cuenta-. Mi padre y yo. Logramos huir pero tuvimos que dejar nuestras pertenencias atrás.

"Nos quitaron todo, y en una de las mochilas va un objeto muy valioso para mi padre.

"Por eso se ha infiltrado entre las ovejas desde esta misma tarde.

"Ya los hemos estudiado anteriormente. Nosotros nunca nos fuimos del centro, hemos visto su locura desde el primer momento. Y por eso sabemos que todos los días las langostas se reúnen frente a la catedral para juntar todo lo que han recaudado durante el día.

"Lo guardan en una especie de remolque tirado por dos motos al frente y lo llevan hasta su guarida.

"Pero justo hoy coincide con los sermones del Pastor.

-Ezequiel -intervengo con desprecio.

-El pastor -vuelve a decir-. Se queda con las ovejas por tres o cuatro horas. Y mientras él está ahí las langostas se dividen. Un grupo va a dejar la recolecta a la guarida y el otro se queda en la explanada cuidando.

"Ese es el momento en que aprovechará mi padre.

-¿Que tienen planeado? -le pregunto.

-Mi padre abandonará la formación de las ovejas e irá tras el grupo de langostas con la recolecta -se queda en silencio y me mira a los ojos, como si dudara en seguirme contando. Suspira-. Okay, hace unas semanas intercambiamos un becerro por un kit de explosivos -termina diciendo-. Instalamos un par aquí y aquí -señala en el mapa-. En cuanto pasen las langostas detonaré los explosivos y mi padre intervendrá a las langostas.

APOCALIPSIS 1:1 LA CORTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora