Apocalipsis 8:0 - El Guía

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8:1 -¿Como estás? -le pregunto a Matthew mientras me uno a él, sentándome a su lado.

Está sentado en el techo de la casa, había subido hasta aquí mientras yo terminaba de platicar con el grupo.

Había una escalera de madera junto a una de las ventanas, con la cual podías subir al techo del primer nivel de la casa.

-¿Como estás tu? -me pregunta sonriendo.

Niego con la cabeza, sonriendo también, por lo sorprendente, irreverente y extraña que es la situación justo ahora.

-No lo sé -termino admitiendo.

Matthew voltea hacia el cielo, y yo hago lo mismo.

A esta hora de la noche es imposible distinguir algo en el oscuro cielo. Pero comienzo a imaginar como se verían las estrellas detrás de la espesa nube gris. Como la luz de la luna iluminaría nuestros rostros tenuemente se formaría un increíble paisaje de constelaciones.

Cierro los ojos y suspiro profundamente y la sensación del aire entrando por mis pulmones comienza a relajarme.

Matthew coloca su mano sobre mi muslo y yo abro los ojos, volteando a mirarlo.

-Tu... ¿Tu crees en todo lo que han dicho? -inquiero por lo bajo, buscando respuestas en sus ojos grises.

-No lo sé -admite-. Realmente no lo sé. Pero... tiene sentido. Dentro de todo este caos... creo que por fin encuentro una explicación que tenga sentido.

-Tu ya creías algo así... desde antes.

-Si -concuerda-. No estaba cien por ciento convencido. Sigo sin estarlo. Pero... pero de algo estoy seguro: Nada de lo que ha pasado en los últimos meses tiene explicación científica.

"¿Y si todo este tiempo la ciencia no era la respuesta absoluta?

No sé que responderle, así que me quedo mirándolo fijamente a los ojos.

Y él también hace lo mismo.

Como si buscáramos respuestas el uno del otro.

-Ya ni siquiera busco una explicación científica. Es solo que... Nada de lo que dicen suena... real. 

-Dejé de creer en la "realidad" a como la conocíamos desde hace mucho tiempo -exclama-. Y... escucha, Gabriel. No sé si lo que dijeron sea verdad, pero de algo estoy seguro -quita mi mano de mi muslo y la lleva hasta su abdomen, levantando su playera y dejándome ver su piel blanca bajo está tenue luz fría-. Esto no tiene una explicación lógica, real, o científica.

"No sé que pasó ahí. No se como lo hicieron.

"Pero te juro que esto no se sintió como algo que hubiera experimentado antes.

Llevo mi vista de sus ojos a su abdomen nuevamente, a un punto en especifico, ese punto en donde hay una cicatriz con tintes rosados. Una cicatriz de una herida sanada.

Una herida que yo vi con mis propios ojos como emitía chorros de sangre.

Una herida que sanó en escasos segundos.

-No se que pasó ahí -repite-. Pero te puedo asegurar que no están mintiendo cuando dicen que no son personas ordinarias.

"Como testimonio vivo, es lo único que te puedo asegurar.

No puedo detener el impulso de llevar mi mano hacia la cicatriz en su abdomen.

La piel bajo la yema de mis dedos se siente suave, abultada, sensible.

Es exactamente como se siente una cicatriz. Tan real como él y yo.

Llevo mis manos hacia mi rostro, ocultándome en ellas, y vuelvo a suspirar profundamente.

APOCALIPSIS 1:1 LA CORTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora