Apocalipsis 9:0 - Arsenal

40 4 3
                                    

9:1 -Okay miren, este es el hospital regional -indica Matthew extendiendo el mapa de la ciudad que había guardado dentro de mi mochila y apuntando con su dedo índice-. Está totalmente custodiado durante día y noche.

Después de que anoche irrumpiéramos en la habitación de los chicos, y que acordaran ayudarnos, tuvimos que regresar a dormir, porque el tema lo tocaríamos por la mañana con todos presentes.

A pesar de tener tantas cosas en mi cabeza, tanta información nueva y tantas experiencias vividas en solo 24 horas, logré dormir plácidamente por el cansancio que sentía, y sobre todo al baño con agua potable que pude tomarme gracias a los contenedores que tienen instalados en esta casa y los cuales llenan de un pozo que encontraron a tres horas de aquí.

Matthew también se quedó dormido profundamente, y la verdad es que nos costó despertarnos.

Hacía tanto tiempo que no nos sentíamos cómodos y seguros que prácticamente habíamos olvidado como descansar. Y lo habíamos conseguido aquí.

Despertando únicamente por los cálidos aromas que llegan desde la cocina.

-Hacía tanto tiempo que no despertaba de esta forma -masculló Matthew levantándose casi al mismo tiempo que yo.

Eso era cierto. El sentimiento de nostalgia me había golpeado por sorpresa, porque despertar con un aroma envolvente de comida recién hecha era algo a lo que estaba acostumbrado en aquel tiempo, cuando al levantarme mi madre ya tenía hecho el almuerzo.

Muchas veces por los tiempos y los apuros no aproveché esos momentos, y me arrepiento completamente. Al grado de empezar a sentir un nudo en mi estomago y mis ojos aguándose

Pero no podía permitirme experimentar esos sentimientos ahora, teníamos mucho por hacer, así que me obligué a arreglarme y bajar.

Matthew y yo nos vestimos con la ropa que nos habían prestado, por suerte casi todos somos de la misma complexión.

-Justo a tiempo -había dicho Camael esperando por nosotros al bajar la escalera-. Raphael y Jofiel hicieron el almuerzo -nos dijo-. Vengan.

Y una vez más compartimos alimentos con este grupo de personas. De chicos. De amigos.

Porque eso eran. Un extraño grupo de amigos que se habían vuelto familia. Unos vínculos que hacía mucho tiempo no veía.

Porque en estos momentos, cuando el único objetivo es sentarnos en la mesa a comer, es cuando descubres la verdadera escénica de las personas.

Verlos bromear y platicar de esa manera me hace sentir cómodo y seguro.

Por otro lado, Matthew no tardó nada en adaptarse. Su actitud y personalidad amigable lo hizo rápidamente enrolarse con todos ellos. Interviniendo en las conversaciones e incluso bromeando.

En cambio yo, que siempre he sido mas introvertido, me siento seguro, si, pero aun no logro integrarme como lo hace él.

Y eso parece ser notorio para ellos, porque Camael no me deja retraerme. Sentada a mi lado, haciéndome platica e incluyéndome en conversaciones.

Fue un momento ameno y agradable, además de disfrutar de comida natural y recién cocinada, pero llegó la hora de ponernos en marcha.

Después de que todos ayudáramos a recoger la mesa, nos volvimos a sentar en ella para conversar.

-Bien, Gabriel aceptó unirse a nosotros -les había dicho Miguel.

-Y Matthew -intervino Camael.

-Correcto -continúo él-. Pero antes de seguir con nuestros planes, necesitan nuestro apoyo.

APOCALIPSIS 1:1 LA CORTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora