El video de Frankel

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—Video de Frankel — Leyó Elliot - ¿Amigo tuyo?

—Primos de la familia de mi madre robot. ¿Puedes o no?

—Claro

—¿En cuanto?

—Bueno me estoy quedando sin ácido acético. Cámaras Beeker abre pero está a 3km, tendría que ir en autobús. Por otro lado Gibson a 10 calles pero debo ir por el parque y hay... - Al verla cara de fastidio que ponía Cinco respondió en seguida - tardaré unas cinco o seis horas

Atención, todas las unidades, tenemos un 3-15 en el sanatorio Holbrook

—¿Qué rayos es un código 3-15? - Preguntó el uniformado

—Fugitivo suelto - Respondí

—Diego...

—¿Quién es Diego? - preguntó Elliot

—Su hermano - Respondí nuevamente

—¿Cómo...? - Pero se cortó a sí mismo y prefirió responder a Elliot -Imagina a Batman, luego, algo peor. Regresaré en cuanto pueda. - Cinco hizo un ademán de irse

—Cinco espera - Dije antes que se fuera

Volteó a verme con el ceño fruncido al escuchar su nombre, aparentemente confundido, y como no, él no había revelado su nombre en ningún momento, tampoco había hablado mucho de su familia, y yo di a entender que sé un par de cosas.

—Voy contigo - Avisé, el rodó los ojos pero no negó

Agarró mi brazo y se teletransportó, pero no en busca de su hermano como yo esperaba, sino en medio de la calle. Me permitió recomponerme después de la teletransportación y caminamos como si de un simple paseo se tratase.

—¿Quién eres? - Preguntó mirándome con desconfianza

—Que bueno que lo preguntas, soy el espíritu de tu abuela muerta, me mandaron a ayudarte... - respondí con una sonrisa de oreja a oreja

Obviamente no era la información real, Cinco chasqueó la lengua con molestia, yo solo quería molestar pero ante la cara de asesino serial que había puesto mejor no arriesgarse.

Suspiré y relamí mis labios para hablar otra vez.

—Fuí una gran amiga de Hazel, me encargó ayudarte. Me dió un breve resumen tu vida y la de tu familia.

—No necesito tu ayuda - Dijo con molestia

—Le prometí que te ayudaría, ahora está muerto y pienso cumplir con mi palabra...

Me miró con el entrecejo fruncido durante unos pocos segundos analizando mi rostro en busca de un ápice de nerviosismo que indique que estaba mintiendo, al no encontrar nada miró hacia el frente y sujetó mi brazo para teletransportarnos.

Me miró con el entrecejo fruncido durante unos pocos segundos analizando mi rostro en busca de un ápice de nerviosismo que indique que estaba mintiendo, al no encontrar nada miró hacia el frente y sujetó mi brazo para teletransportarnos

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