Volver a empezar

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Me aburro... Elliot se fué hace HORAS, y la palabra aburrimiento no va conmigo, ¿Sabe lo que provoqué la última vez que estuve aburrida? Un incendio. UN IN-CEN-DIO. Literalmente puse la casa patas arriba y quemé la cocina entera.

Fué accidental, obvio, no estoy tan loca como para provocar un incendio adrede.

¿Pero que eres hija mía?¿Un meteorito?

También muero de hambre, soy capaz de comerme un mamut entero, no he comido desde hace un día entero. Elliot solo ha preparado su keke de sandía, es raro pero rico... si le quitas lo quemado.

No hay nada de comer en la casa, justamente se fué por eso Elliot, pero ya se demoró mucho, seguro se tardó en elegir entre atún en agua o aceite, siempre elige el de agua, pero por alguna razón se hace un mundo para comprar.

Así que estoy en el sofá con la cabeza colgando y mis piernas en el espaldar, es una buena posición para pensar, aunque tal vez debería preocuparme por toda la sangre que está subiendo a mi cerebro. ¿Es malo?

De tanto pensar en Elliot lo invoqué, abrió la puerta muy apresurado y dejó todas las cosas que compró restregadas en la cocina.

—¿Trajiste comida de verdad?

—Si creo que hay algo de fruta y... - se cortó a si mismo

Vi que se dirigía a la ventana y tomaba una foto a través de esta.

—¿Qué haces? - pregunté extrañada

Pero él estaba muy concentrado en... sea lo que sea que esté haciendo. Empezó a revisar unos papeles regados sobre su escritorio sin detenerse demasiado en cada uno de ellos.

Tocaron la puerta, yo seguía en el sofá y para ser sincera me daba mucha flojera levantarme, él me miró con mala cara y fué a abrir la puerta, sin embargo la cerró tan rápido como la abrió al ver a la persona del otro lado de la puerta.

Desde mi posición no podía ver el espectáculo. Con toda la pereza del mundo me levanté y asomé un poco hacia donde estaba Elliot.

El chisme lo puede todo

Elliot estaba regresando cuando un chico con uniforme apareció en medio de la cocina, un chico que se me hace extrañamente familiar...

Me acerqué un poco más para poder apreciar mejor la situación y poder distinguir en donde había visto al chico.

...

Pero clarooo, ¡Ya sé quien es! Si es mi queridísimo Cinco Hargreeves, ya era hora de que llegara.

La escena era bastante cómica a mi parecer, pero creo que Elliot no lo disfrutaba mucho, el pobre se había armado con un cuchillo para untar de manera muy temblorosa mientras que Cinco se paseaba por la cocina del departamento con total tranquilidad.

—Co-Como lo hiciste? - Preguntó Elliot con su poderosísimo cuchillo

—No tengo tiempo para explicarlo - Respondió el chico

—¿Eres del Pentágono? -

—Claro que no -

—¿De la CIA?¿El FBI?¿La KGB?

—¿Recién hecho? - El chico se teletransportó hacia la cafetera y se sirvió una taza - ¿Colombiano? - Preguntó después de tomar un sorbo

El chico paseaba por la casa como si fuera suya, esta situación sería muy surreal para cualquier otra persona, pero yo estoy totalmente acostumbrada a este tipo de anomalías.

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