¡Radiante y Deslumbrante!

Capítulo 3

Capítulo 3 - Crescendo Yu * Ra.

[...]

—¡KYAAA!

—Cállate ya.

—¡Ya basta, p-por f-favor...! M-Me estás lastimando...

—Como si me importará idiota, tú tienes la maldita culpa por vestirte así. Estás tan r...

Después de haber escuchado el primer grito, mi cuerpo se detuvo en seco al llegar a la escena.

Meimei, que hace unas horas sonreía con tanta alegría mientras se divertía jugando con las chicas en la piscina, ahora mismo estaba siendo forcejeada en el suelo en contra de su voluntad, por un sujeto desconocido.

—¡Suéltala ya, desgraciado!

En eso, el tipo volteo a verme rápidamente, su rostro era completamente oscuro e inapreciable, sin embargo, por alguna razón podría sentir una sonrisa escalofriante mientras me veía fijamente.

—Kekeke, al parecer tendremos audiencia.

—J-J-Jin, p-p-por f-f-favor a-a-ayúdame. —dijo mientras me veía con un mar de lágrimas, cayendo de sus ojos color esmeralda.

—¡Maldito!

Sin poder contenerme más, me abalance rápidamente hasta el agresor, tratando de evitar que llegara a hacerle más daño a Meimei.

Pero fue en vano.

Justo cuando estaba a punto de tocarlo... No ocurrió nada... No... Fue como si mi mano se traspasara sobre él.

—¡Jajajaja, ahora lo ves pedazo de mierda! Eres un inútil.

—S-S-Suelta m-mis m-manos, p-por f-favor, m-me d-duelen...

—¡¡TE DIJE QUE TE CALLARAS!!

De repente, el sujeto enfurecido, golpeó con todas sus fuerzas el rostro de Meimei, que de inmediato le rompió los labios, y sus mejillas comenzaban a inflamarse.

—S-Snif... S-Snif...

—Mucho mejor, estúpida ofrecida. —luego de eso, procedió a desabrocharse el cinturón y a bajarse los pantalones. —Oye cabron, ¿Por qué no miras como abuso de está perra? Créeme, te encantara tanto como a mí.

—N-No quiero... no~ q-quiero... A-Ayúdame Jin...

—Ya fue suficiente, para ya de una vez.

Maldita sea, ¿Por qué no puedo hacer nada? No puedo ni siquiera tocarlo con un carajo, tengo que hacer algo antes de que...

—Keke, no quiero.

—¡Kya!

—¡DETENTE POR FAVOR!

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—¡NOOOO!

Enfurecido, trate de agarrar...

Tienes que estar de puta broma, ¿Qué demonios fue ese sueño? Sin entender nada, me maldije a mí mismo.

Si solo hubiera acompañado a Meimei, nada de esto hubiera pasado, soy un estúpido, por dios.

Seguí insultándome hasta que sentí un fuerte dolor de repente. Cómo era de esperarse, me moví tan bruscamente, que me lastime nuevamente el brazo derecho enyesado, y mi herida ardía como tocar una brasa caliente. Ahg, como quema.

Con cuidado, trate de levantarme poco a poco, soportando el inmenso dolor que sentía, bien podría llamar a una enfermera, sin embargo, estoy harto de depender de los demás.