𝗟𝗼𝘆𝗮𝗹𝘁𝘆 | Sae Itoshi [Blue lock]

𝟎𝟎𝟐; Clarified Feelings.

Mi día se resumía en entrar a la escuela, salir de la escuela e ir a trabajar. Entradas y salidas sola, no tenía amigos o conocidos con el cual ser acompañada.

Más no me quejaba, de este modo tenía paz en mi, era feliz y disfrutaba mi vida, vista y gustos. Trabajé duró en tener esta versión de mi y cual quier cosa nueva presentada yo la aceptaba.

Pero era embarazoso salir y estar acompañada de chicas con las misma incógnita y finalidad de haberse acercado a mi. Eso era un poco hipócrita.

—Entonces, ______-chan, ¿Desde cuándo eres amiga de Sae? —Me preguntó poniendo su brazo alrededor de mi con total confianza, sentí mi cuerpo arder.

—Ha-hace mucho tiempo, quizá 7 años o más... —Contesté tímida, mirando hacía el suelo, el grito asombrado de las 5 chicas me exaltó.

Debía mantener la calma...

—Increíble que alguien como tú seas su amiga. —Y el resto de chicas rieron, una sonrisa incómoda se hizo ver en mi.

Esto empezaba a ser incómodo.

—¡¡Sae!!

Todas gritaron al unísono, me soltó la chica y corrieron al nombrado, estaba nuevamente recargado en el pilar de la entrada de la escuela. Sae no guardó su celular, lo movió a un lado y miraba con indiferencia a las chicas, y yo, me acerqué, escuchando lo qué decían las chicas.

—¡Somos amigas de Hinode! ¡Un gusto conocerte, Sae! —Chica cual nombre no sabía habló de más, y Sae no disimuló para nada su mueca de disgusto, que me hizo soltar una risa.

—¿Amiga de _______?

—¡Te sigo desde que saliste en España! por favor, firma mi brazo es que no tengo algo...

—Vámonos, ________.

Ignoró a toda chica a su paso y con sutileza tomó de mi mano y me estiró.

—Vayamos a comer, yo te invito. —Me dedicó una mirada sobre su hombro y una ligera sonrisa.

Bueno, después de todo, si era Sae.

Subimos a su auto, me dejó poner música pues, si algo sabía de Sae en estos días que lo veía, era que él prefería el silencio que hablar, pero le gustaba el ambiente, le gustaba poner música.

—¿De verdad son tus amigas? No me contaste eso.

Y habló Sae, el tono utilizado me daba a entender su rara incomplacidad, frenó en un semáforo y me miró, solo pude mirar hacía afuera calmandome y pensar.

¿Sae no empezaba a ser algo extraño?

Hace semanas que él ha regresado, y yo estoy más que feliz con su regreso, pero las pocas veces que lo veo así actúa: cuestiona mis inexistentes amistades, me invita a comer, me toma de la mano o me dice palabras fácil o difícil de interpretar. Actúa raro.

—En realidad... no, por eso no te conté. —Regresé la mirada a él sonriendo, y solo se volteó, siguiendo manejando.

—Cómo quiera, no necesitas más amigos, aquí estoy yo, con eso basta.

Su comentario fue más brusco de lo que normalmente son sus oraciones, lo que realmente me preocupaba era el rostro con el que lo decía, indiferente; pero sus ojos eran demasiado intensos.

Daba incomodidad.