𝟎𝟎𝟑; ¿Sae?

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—Hinode-san, ¿qué te parece si le dices a Sae de nuestra parte que si quiere venir con nosotras? Ya sabes, ¡al kareoke!

Nuevamente de salida, nuevamente estas chicas que no paraban de insistir.

—¿Por qué no mejor sales a que te corten ese pelo de bruja? Deja en paz a Hinode.

La voz conocida de Shirizawa, presidenta de mi clase, había aparecido empujando al par de 5 que me agobiaban. Agradecí mentalmente y aproveché para caminar más rápido y para bien o mal, ahí estaba Sae, recargado en su auto, viendo que llevaba consigo un ramo de flores.

Me acerqué a él lo más rápido que pude, y como siempre, al verme dejó su teléfono y sonrió. Sin dejarlo hablar lo arrastré adentro de su auto y corrí al otro lado y me subí igual.

—Andando antes de que te ataquen. Acabo de escapar de ellas.

Dije mirando asustada la entrada, viendo como salían las 5 y una de esas que hechaba humo hasta por las orejas. Y Sae sin decir nada, avanzó tan brusco que casi me golpeo con la ventanilla de mi lado.

Suspiré aliviada al ver que nos alejabamos. Pero lo único que se escuchaba era el sonido del motor, pues había un silencio muy incómodo adentro, y más que nada, aparte de incómodo, pesado.

O me iba a matar por lo que hice, o iba a morir.

En duda a dónde nos dirigíamos, quise preguntar, pero el tan solo abrir la boca me calló inmediatamente, muy enojado. Pero a tan solo minutos, ya nos encontrábamos a las afueras de su casa.

Él estacionó el auto frenando de golpe, salió y me sacó de la misma o peor forma en la que yo lo metí, y poco le importó cuando me quejé de su agarre, poco después tomo en un puño algo de mi cabello y me hizo levantar la mirada.

Sin querer me quejé en su cara, él me había acercado lo suficientemente a él y me tenía enfrente suyo, sin decir ninguna palabra, solo ejerciendo fuerza. Miraba sus ojos frunciendo mi ceño evitando quejarme pero no pude, solté nuevamente un quejido.

—Última vez que me tomas así, Hinode. —Susurró soltándome abruptamente, acaricié la parte ejercida, viendo como él le restaba importancia.

—Sa-Sae, lo si- —Intenté hablarle, pues sentí y pensé de lo peor, pero me interrumpió, tomándome del brazo y arrastrárme

—No, no me interesa. Esta plática no ha terminado.

Al adentrarnos. Aventó las llaves de su carro en alguna parte y a mi me jaló un par de segundos, hasta que me aventó a mi también a lo que era su habitación.

Tragué en seco, quedándome estática en mi lugar. No podía procesar nada, y escuchar sus pisadas y luego el silencio pulcro, me hacía sentir escalofríos en toda mi espalda.

—¿Qué haces ahí? Acércate.

Su voz demandante me hizo girar mi vista a él, sentado en la orilla de su cama, recargado con un brazo y el otro aflojando su corbata, nuevamente, sin querer relambí mis labios mientras intentaba acercarme con lentitud, hasta que él me detuvo con un adeimán.

Y sin decir absolutamente nada, solo me miraba de arriba a abajo con lentitud y paciencia, sin descaro alguno, se detenía en mis pechos y en mi cadera. Había intentado cubrir mis pechos inocentemente poniendo mi brazo arriba de estos y tocar mi otro brazo.

Me sentía incómoda pero a la vez agradecida, ¿me entienden?

—Date la vuelta y desnúdate. —Ordenó, con simplesa y indiferencia.

𝗟𝗼𝘆𝗮𝗹𝘁𝘆 | Sae Itoshi [Blue lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora