𝟎𝟎𝟒; In search of...

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Hace mucho que no se sentía tan bien como antes. Es decir, fue y regresó siendo uno de los jugadores más prometedores del mundo pero, todo estaba con esa chica.

Admitía que llegó a olvidarla por su concentración en aquellos años pero, al volverla a ver, era como seguir viendo a esa chica de sus sueños, de esas de las que esperas toda tu vida. ¿Ella quizá lo estuvo esperando?

Y si es así, ¿qué pensará al respecto de su actitud?

Siquiera él entendía porque se comportaba así, pero siempre un ardor se apoderaba de su cuerpo, siempre una vocecita le decía que hacer, y siempre una fuerza ajena a la suya le hacía moverse inconcientemente.

No era bueno, lo sabía. ¿Pero qué podría hacer? Adoraba a esa castaña, quería protegerla de todo lo que estuviera a su alrededor pero eso no lo incluye a él, quería amarla hasta morir, hasta que él mismo decida sacarse el corazón y entregárselo.

Porque sí, su corazón le pertenece a la chica, ella es dueño de él, él le entregaría todo de él con tal de que esté a su lado. Pero él también necesita tenerla, necesita tenerla a su lado, estuvo anhelado desde antes de estar con ella, ahora que podía, no puede desaprovecharlo.

Necesita adueñarse de ella, tiene que hacer que se enamore de él, tiene que hacerla suya, tiene que entregarle lo que se merece y tiene que ser correspondido. No hay manera que no lo acepte o lo aleje.

Él es todo lo que necesita, ¿habría razón para no aceptarlo?

¿Qué tanto piensas, pestañitas?

La voz melosa de Ryusei se acercó junto a un abrazo forzado por el moreno. Sae rápidamente se alejó, le enfermaba su lealtad.

Oye, Sae. Recuerda la cena de hoy a las 9, lleva a un acompañante.

La voz poco competente de su manager llegó a sus oídos, duró 10 segundo en asentir y comenzar a recoger sus cosas, salió en cuánto tuvo todo en mano y dejó a un Ryusei decepcionado por no invitarlo a él.

Salió del edificio y en cuento estuvo en su auto, sacó su teléfono, marcando a ese número, le emocionó ser respondido al momento, sintiendo un alivio increíble en sus hombros, un suspiro fue la evidencia de su existente tranquilidad.

¿Hola, Sae?

Sintió un diferente revoltijo en su estómago, escuchar su nombre saliendo de sus labios era algo sumamente exquisito, ¿cómo podría alguien hacer sonar tan bien su nombre?

Hola, no vayas a trabajar hoy.

Contestó, ordenandole a la castaña. Esta soltó un sonoro y dudoso "uhm", haciéndolo suspirar. ¿Tenías algo importante que hacer en el trabajo o qué?

Sae, ¿Porqué me pides eso? Sabes que t-

No resistió más y soltó una risa vaga, le daba tanta ternura esa niña. Así que la interrumpió, encendiendo el auto.

Salgamos esta noche, a una cena y después, vayamos a otro lado. Pasó por ti en 30.

Colgó y emprendió camino hacia casa de la castaña. Eran las 4:30, tendrían tiempo de ir a comprarle un bello vestido, y arreglarse. Ella nisiquiera necesitaba arreglarse, era bella tal cual.

Eso le recordaba cuando interactuo con ella por primera vez. Sae siempre había recibido halagos, el jugaba para su escuela y, siempre lograba resaltar con sus singulares habilidades.

Hubo una ocasión que se acercó a sus amigos una vez ganado el partido gracias a él, estos estaban rodeados de chicas, y en cuánto llegó lo llenaron de halagos, como normalmente era, pero a excepción de ella solo actuaba forzada imitando a las demás, no sabía lo que hacía.

𝗟𝗼𝘆𝗮𝗹𝘁𝘆 | Sae Itoshi [Blue lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora