One-Shots lemon de Shinobu Kochō x todos los personajes.
•Groserias y contenido explicito.
• Los personajes originales pertenecen a la obra de Koyoharu Gotouge.
• La portada no me pertenece, créditos a su respectivo autor.
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Aparcó su bicicleta en el muro interior del edificio de 35 pisos, tomó su botella, la destapó y salpicó un poco de agua en su rostro para refrescarse.
―Ufa, la profesora de matemáticas no nos da tregua, se nota que su esposo no le da.―
―Le falta lo que a ti te sobra.―
Las 2 siluetas masculinas que estaban detrás de las muchachas solo hicieron silencio, como si fueran sus sombras. El heterocromo acomodó nerviosamente su cubrebocas y el ojiazul solo rodó los ojos.
Soltó una carcajada―Shinobu-Chan, qué desvergonzada.―
―Suminnasen.―Palmeó el hombro de la pelirrosa.
―¿Tu casa no quedaba a 10 cuadras de aquí? ¿O acaso te mudaste al departamento 27 que estaba desocupado?―
―No, vine a hacerle compañía a Tomioka-San.―
Soltó un "ah"―Buena suerte.―Jaló de la mano a Obanai―Vámonos Iguro-San, nos vemos mañana Shinobu-Chan, Tomioka-San.―Finalmente se fueron por las escaleras.
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―¿Cómo que vendrás a mi casa?―
―Oh vamos, hace más de 2 meses que no me atiendes por tu falta de tiempo.―
―Sí, pero tengo tareas pendientes y...―
―Vamos Giyū, no viste a Kanroji e Iguro, son la típica parejita feliz, comen frente a los pobres y tú me alimentas con migajas.―
―Exageras.―
―Mentira.―Picó su brazo con su dedo índice―Dale un poco de amor a tu querida novia.―
―Kochō, basta.―
―Por esta vez.―
―Detente.―
―Vamos, di que sí.―
Tomó bruscamente su mano―Te dije que pararas.―La observó unos segundos, le robó un beso y comenzó a subir a toda prisa, dejándola apenada.
―Eh, oe, explícame eso, lo hiciste a propósito, ¿no es así?―Tenía hasta sus orejas rojas, su rostro ardía.
―No.―Casi se tropieza por empezar a saltarse escalones, sus ojos se iluminaron al leer el número veintitrés arriba de la puerta, sacó las llaves de su bolsillo y empezó a abrir.
―¡No te atrevas a dejarme afuera, se lo diré a Tsutako-San!― Él la ignoró, sus piernas cortas no ayudaban, se sentía fatigada―¡Tomioka Giyū, quieto ahí!― Estaba por tomarlo de la mochila, pero inesperadamente entró en el cuarto y la dejó afuera. «Desde que entro en confianza, no lo soporto»―¡Ábreme!―
A los minutos, una dulce pelinegra con una trenza la hizo pasar―Disculpa el comportamiento de mi hermano, Shinobu-Chan.―
―No te preocupes, Tsutako-San, él es así.―Su sonrisa era extrañamente amenazante con su ceño fruncido.
