𝒀𝒐𝒖𝒓 𝒆𝒚𝒆𝒔 (milkciize)

𝟑. 𝑻𝒂𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐.

Ciize:

Ciize salió del curso junto con sus compañeros, observando cómo el grupo de Milk se alejaba poco a poco.

Notó cómo Milk y Love iban agarradas de la mano, tan cercanas y enamoradas que resultaba difícil no admirarlas.

Qué bonita pareja, pensó, aunque no sabía los nombres de las dos chicas. Ford y View se despidieron de la pareja con un gesto amistoso, y ambas se dirigieron hacia el estacionamiento.

Mientras las veía alejarse, Ciize pensó que alguna de las dos debía tener coche, quizás las más alta, imaginaba por su aire de seguridad.

Al salir del instituto, se cruzó nuevamente con June, quien para su sorpresa, vivía casi en la misma dirección. June la saludó con una sonrisa cálida.

-Oye, ¿te parece si vamos juntas?.- Dijo June.

Ciize sonrió y asintió. -Claro, me encantaría.

Ambas caminaban juntas. El instituto no quedaba muy lejos de sus casas, lo que hacía el paseo agradable y relajante. Mientras caminaban, hablaron sobre la primera clase de Ciize.

-Estoy estudiando medicina, dijo Ciize. -Es lo que más le hubiera gustado a mi padre, pero él falleció hace unos años.

June la miró con simpatía.

-Lo siento mucho. Estoy segura de que estaría muy orgulloso de ti.

June compartió un poco sobre sí misma también.

-Pues yo estoy estudiando derecho para ser abogada, como todos en mi familia, pero la verdad es que no me gusta. Suspiró, sintiéndose un poco vulnerable. -Me encantaría estudiar diseño de modas, pero mis padres no lo entienden. No podría defender a alguien cuando ni siquiera puedo defenderme a mí misma.

Ciize la miró con comprensión.

-Tal vez deberías hablar con ellos, le sugirió.

June negó con la cabeza.

- Es muy difícil, tenemos el bufete de abogados más grande de Tailandia y hay muchas expectativas puestas en mí.

-Eso es tan injusto, pensó Ciize.

Pero antes de que pudiera decir algo más, llegaron a la casa de June.

Se despidieron con un abrazo, y Ciize continuó su camino hacia su propia casa, donde vivía con su madre y su hermano pequeño, Pleng.

Mientras caminaba, los pensamientos de Ciize volvían una y otra vez a las miradas poco discretas de Milk durante la clase. Una sonrisa de oreja a oreja se formó en su rostro, pero trató de apagar lo que sentía.

-¿Por qué siento esto? se preguntó.

Su corazón latía rápidamente al recordar a Milk, aquella chica alta de cabello lacio. No entendía por qué esa mirada la había afectado tanto, pero sabía que no iba a poder olvidarla fácilmente.
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Esa noche, Ciize se sentó a cenar con su madre y su hermano pequeño, Pleng, en la mesa familiar. Su madre, una mujer con una presencia cálida y reconfortante, le sirvió un plato de curry y le lanzó una mirada curiosa.

-¿Cómo te fue en tu primer día de clases, hija?- Dijo la madre de Ciize.

Ciize sonrió mientras se servía un poco de arroz.

-Fue interesante, mamá, el instituto es enorme, y los profesores parecen muy buenos.- Hizo una pausa, recordando las miradas de Milk. -También hubo una chica... No sé su nombre, pero no dejaba de mirarme.