¡Chaparrin enamorado!

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Percival estaba sumido en un mar de celos cada vez que veía a Hendrickson pasar más tiempo con Nasiens. La cercanía entre ellos lo incomodaba profundamente; su mente se llenaba de pensamientos oscuros e inseguridades. Había considerado tomar medidas drásticas respecto a Hendrickson, quien parecía estar usurpando su lugar como conejillo de indias de Nasiens.

Percival se sentía olvidado, como si su valía se desvaneciera ante la mirada deslumbrada de Nasiens. Se suponía que él sujeto de pruebas, el elegido para experimentar las maravillas de la herbolaria que tanto le apasionaba a Nasiens.

-¿Chaparrín, estás bien? -preguntó Donny con una sonrisa, notando la expresión sombría de su amigo.

El apodo de 'Chaparrín' se había pegado a Percival. A pesar de su altura actual, Donny seguía llamándolo así, como un símbolo de su amistad y cariño.

-Dime qué te molesta -comentó Anne, observando cómo Percival se encogía en su cama, como si quisiera desaparecer del mundo.

-Me molesta que Nasiens pase más tiempo con Hendrickson-expresó Percival, haciendo un lindo puchero que, aunque adorable, no ocultaba su frustración.

Ya había acabado la guerra contra Camelot, pero ahora se enfrentaba a una batalla mucho más personal.

Nasiens se había distanciado debido a sus deberes reales y también porque anhelaba ser herbolaria, como su abuelo. Sin embargo, la forma en que Hendrickson lo molestaba, incluso al punto de tener un apodo cariñoso como "Nassi", lo hacía hervir de celos. Percival no podía soportar la idea de que su hada se sonrojara por ese hombre.

-No sé qué me está pasando, ya casi no duermo. Tengo algo raro, amigos -murmuró Percival, su voz llena de desánimo. Se sentía perdido, incapaz de comprender sus propios sentimientos hacia Nasiens.

-Ah, ya sé lo que tienes, la palabra con A -dijo Anne, iluminándose con una sonrisa traviesa, mientras le lanzaba una mirada cómplice a Donny.

-Sí, anemia- respondió donny muy seguro se supone respuesta, pero Anne se le quedó mirando "Amigo en serio".

Anne había dejado atrás su amor por Percival, entendiendo que su gratitud por haberla salvado era lo único que los unía. Pero la chispa de la revelación iluminó su rostro, y Donny, lento para captar la indirecta, juntó sus manos en anticipación.

-No, Donny, no -interrumpió Anne, riendo mientras intentaba dar más pistas-. Tiene cuatro letras, empieza con A y termina con R.

Donny sonrió, ya sabiendo a dónde iba esto.

-¡Ah!, abur-dijo donny muy seguro de la respuesta.

Esta vez, Anne le dio un suave golpe en la cabeza, intentando que sus neuronas funcionaran.

-No, Donny tonto, mi amigo está enamorado -anunció Anne, su voz rebosante de alegría, como si finalmente hubiera encontrado la clave para resolver el enigma del corazón de Percival.

-¡Oh!, sí, ¡amor! -exclamó Donny, moviendo sus cejas de arriba y abajo, como si estuviera disfrutando de un espectáculo.

Percival se sentía al borde de un colapso, convencido de que se estaba muriendo, pero al final, todo se reducía a una cosa: amor. Eso, al menos, tenía cura.

-Hablas de Nasiens, ¿no? -interrogó Percival, negando con las manos, aunque en el fondo sabía que sus sentimientos eran genuinos. Su corazón latía con fuerza cada vez que la veía feliz y sonriendo, y no pudo evitar sonreír al recordar su risa.

-Ah sí, Nasiens te conquistó, Chaparrín -comentó Anne, golpeando el hombro de Percival con complicidad-. Vamos, confiesa tus sentimientos.

-Una hada feroz y loca por lo venenoso -bromeó Donny, burlándose de Percival de manera juguetona.

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