CANCIÓN: WIDE AWAKE - KATY PERRY
(Recuerden escucharlo en bucle para una mejor experiencia de la lectura❤️ )
— Hubiéramos tomado el tren ... — habló por lo bajo la voz cansada de una azabache.
— ¿Y perdernos este hermoso recuerdo? — preguntó casi indignada su madre, la cual sostenía la mano de su hijo menor.
La azabache rodó los ojos ante esa respuesta — Estamos rodeados de árboles ¿Qué recuerdo nos llevamos de esto? —
El menor de todos le regaló una sonrisa a su hermana jalando un poco de su ropa — Es la primera vez que conozco los exteriores de la Aldea, nee-san —
Claro, ella parpadeó recordando que su viaje empezó con su hermano muy pequeño y el lugar en donde estaban antes era demasiado sobrio y no tan colorido como ahora — Bueno ... en ese caso disfruta todo lo que puedas, Tadashi — comentó de manera más suave ganándose el abrazo de su hermano menor.
Su madre los veía enternecida por esa muestra de afecto, el más pequeño podía llegar a ablandar el arisco corazón de su hija mayor, esa era su conexión entre hermanos.
— Mami ... ¿Puedo llevar algunas flores? — preguntó Tadashi mientras caminaba y observaba ciertas mariposas combinando con la naturaleza.
— ¿Llevar? ¿Para qué, cariño? — miró en la misma dirección que su menor hijo — Las flores parecen estar muy bien aquí ¿No crees que arrancarlas sería un tanto cruel? — a la memoria de Ikari llegó un recuerdo de su infancia, o mejor dicho varios, ella recordaba que cada vez que Sasuke le regalaba flores no había necesidad de arrancarlas del suelo.
— Es que yo quería llevar algunas para el abuelo — comentó un poco desilusionado — ¿Crees que alguien lo haya visitado mientras no estábamos? —
«Abuelo ...» para su hermana mayor esa era una de las pocas cosas buenas que podía encontrar en Konoha.
— Tengo una amiga que vende flores Konoha, ella misma las cultiva y cuida muy bien — decía Ikari revolviendo los cabellos de su hijo de ojos rojos — Así no se te marchitará en el camino, cielo —
Los ojos del menor brillaron de alegría para sonreír en dirección de su hermana — ¿Escuchaste eso, nee-san? ¡Podemos comprar todo un ramo! —
— O semillas para que puedas tener tus propias flores — el niño empezó a saltar y tomándola de la mano la jalaba para seguir con el camino, cada vez más entusiasmado de llegar a su nuevo hogar.
«Gracias por ser una buena hermana,Yumei» pensó Ikari mirando a sus dos hijos caminar alegremente, aunque sabía que la única alegría de Yumei solo era ver feliz a Tadashi.