Prologo

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La lluvia seguía sin parar y a pesar del frio que invadía mi cuerpo, seguía caminando lentamente, mis pensamientos sobre Irie, su compromiso con Christine, la propuesta Kin-chan, golpeaban e invadían mi cabeza sin darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor. Las lágrimas comenzaban a hacer su aparición y la opresión en mi pecho se hacía cada vez más fuerte.

- "No hay nadie más para mí que Irie, si es así tendré que resignarme a vivir soltera por siempre y cuando muera..." - mi pensamiento fue interrumpido cuando una luz cegadora me hizo regresar a la realidad, eran las luces de un camión de carga que venía hacia a mí, no hice más que cubrirme con pavor, aunque sabía que el golpe seria inminente.

Cuando abrí mis ojos no sentí dolor, al contrario, sentí una calidez, me pareció extraño que el techo del hospital fuera tan elegante, seguramente el Sr. Irie estaría pagando una fortuna por mis cuidados, seguramente la señora Noriko influyo en esto, culpando a su propio hijo por mi descuido, ¿qué estaría pensando Irie cuando se enteró de mi accidente?, tal vez ni siquiera le importe y diría lo tonta que soy.

Trate de incorporarme, lentamente me levante, pero sentía algo extraño, como si algo no encajara, además de que una persona que no venía vestida de enfermera si no de mucama entro por la habitación y de inmediato se sorprendió al verme despierta.

- ¡Señora Takishima, la señorita Hayami finalmente despertó! - exclamo mientras se alejaba de la habitación, confundida pensé que se refería a otra paciente que estuviera en la habitación, pero al revisar alrededor, vi que además de ser una habitación enorme y elegante, tenía decoraciones de acuerdo a una niña, seguía más sin entender y más cuando me di cuenta de que era la única persona en ese espacio.

- ¿Dónde estoy? - al escuchar mi voz, impulsivamente puse mi mano sobre mis labios, se escuchaba más aguda de lo que recordaba, comencé a tener miedo.

- ¡Hayami! - una hermosa mujer en sus treintas con su cabello largo oscuro, piel radiante y ojos sumamente llorosos, pero a la vez alegres se acercó de inmediato a abrazarme - Por fin despertaste, nos diste un susto de muerte, no pensé que una simple caída te dejara inconsciente más de una hora - seguía sin entender, ¿por qué me decía Hayami y a que se refería con una caída, si en realidad un camión fue el que me arrollo? - Por favor que alguien llame a mi esposo y dígale que nuestra hija despertó, también programe una cita con nuestro médico - indico sin dejarme de abrazar, a pesar de no saber quién era, inexplicablemente me sentía segura en sus brazos, seguramente esto era como sentir la protección de una madre, mucho más de lo que sentía con la señora Noriko.

- "Un momento, ¿dijo hija?, esto debe de ser una confusión" - no podría ser posible, mi madre había fallecido cuando era una niña y esta mujer es demasiado joven para ser mi mamá - Disculpe - comencé a articular, pero mi voz seguía sonando igual de aguda, o más bien infantil.

- No tienes que ser tan formal cariño, no tienes de que preocuparte, ni tu padre ni yo estamos enojados contigo -

- Pero -

- Nada de peros, mejor sigue descansando, después vendrán por ti para que puedas bajar a comer - estaba por intentar una vez más aclarar la situación, pero el cariñoso beso en la frente además de detenerme me hacía sentir amada y protegida, no quería romper con ese ambiente, mi corazón me decía que aquello estaba bien.

Cuando finalmente tuve la oportunidad de estar sola, me levanté de la cama con dificultad, todo parecía más grande de lo que parecía, pero eso no importaba, debía de encontrar por lo pronto un teléfono para comunicarme con mi padre al restaurante, aunque ahora que lo pensaba bien no recordaba su número ni siquiera de la residencia Irie, ni ninguno al que pudiera comunicarme. Al llegar a esa conclusión me moví por toda la habitación hasta pasar a un lado de un tocador, me congelé por un momento al percibir que una niña se movía a la par conmigo, pasaron varios segundos para armarme de valor y mirar mi reflejo en el espejo, pero mis ojos se abrieron desmesuradamente al ver la imagen frente a mí.

Lost RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora