~🌺Una segunda oportunidad 🌺 ~

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— 🍃🍜 Jinchuriki ~parte dos~ 🍜🍃 —

— ¿Quién es usted? — El azabache menor de ojos azules estaba en guardia, jamás había visto ese hombre y le inspiraba todo menos confianza.

— Mi nombre es Danzō y soy el líder de la Raíz. — Tomioka vio al anciano analizándolo. Ese hombre le parecía sospechoso, con la mitad de su cuerpo oculto.

— ¿La Raíz? — Danzō tomó un sorbo de su té.

— La élite de los Anbus. Hemos visto tu talento Giyuu Tomioka. Vencedor en la batalla contra el Demonio de la Neblina y Haku del Kekkei Genkai, portador del Sharingan. Y si no me equivoco del Byakugan por igual. — Casi se ahoga con su té, pero logró disimularlo con tos.

¿Cómo sabía tanto ese hombre? ¿Sería amigo de Hiruzen? ¿O es alguna clase de trampa?

— Nos gustaría que te unieras a esa élite. — Sentía la presencia de ese hombre como alguna clase de serpiente traicionera, que solo esperaba un momento de debilidad para arrancarle lo que le pertenecía.

— No.

— ¿No? — Esa respuesta le había salido por sorpresa. ¿Qué hombre no accedería a más poder? En especial en estos tiempos.

— Lo lamento, pero actualmente pertenezco al Escuadrón de Acción Rápida del Hokage. No pienso irme de ahí. — Tomioka giró la cabeza devuelta a sus asuntos. Danzō estaba que le hervía la sangre. ¿Cómo se atrevía ese hombre a ignorarlo de esa manera?

— No ignores a la gente cuando te hable. — Tomioka cerró los ojos lentamente.

— Si eso es todo le pido que se retire.

— ¿Cómo te atreves? — Danzō quería ahorcarlo, matarlo y enterrar su cuerpo tres metros bajo tierra.

Pero el no era el tipo que recurría rápidamente a la fuerza bruta.

— Bien. Me retiró. — Analizó al frío hombre que tenía en frente un momento. ¿Cuál era su debilidad?

— ¿Quién era ese Tomioka-san? — Fū susurró curiosa a el azabache que la ignoró olímpicamente.

Claro. Era tan sencillo como tomar un rehén. La sonrisa de suficiencia de Danzō volvió a aparecer, causándole escalofríos a Tomioka.

— Se arrepentirá Tomioka. Y cuando lo haga volverá hacia mi. Hacia la Raíz.

¿Una advertencia? ¿Una prueba? No. Eso era una amenaza, pura y real como un intento de crueldad. Tomioka jamás había recibido una amenaza tan cruda de otro ser humano.

— Que tenga una buena tarde. — Hizo una reverencia y salió del local y no dio vuelta atrás.

— Dios santo, pensé que iban a empezar a matarse. — Fū cayó de rodillas contra el suelo de puro miedo.

— Vámonos Fū, te llevaré con el Hokage.

— ¡¿Tan pronto?! — No se detuvo a escuchar las quejas de Fū y solo la jaló hacia la torre.

Gracias a Danzō, ahora estaba de malhumor.

— 🍃🍜🍃 —

— Tu nombre es Fū, ¿verdad? — La jovencita asintió apenada. El imponente Hokage se alzaba en su oficina. — Dime Fū, podrías explicarme la razón de tu llamada de emergencia.

La chica no dijo nada, es más parecía de repente horrorizada. Después de un silencio pesado como el océano el Hokage interrumpió.

— No tienes que contestar ahora. Te permitiré quedarte en la aldea con la condición de que deberás ser constantemente vigilada. ¿Estas de acuerdo?