XII

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—🍃✨Biju de una cola✨🍃—

— Basta porfavor. — El azabache estaba en un espacio umbral más allá del tiempo, y demasiado lejos de Konoha. El azabache estaba atado de cadenas que parecían no llegar a su fin, y apretaban sus muñecas con una gran fuerza, lo estaban dejando lentamente sin circulación.

— ¿Cuáles fueron tus errores? ¿A quienes lastimaste? Dime Danzō Shimura. — Danzō levantó sus ojos mostrando el sharingan de su ojo intentando escapar. Pero solo recibió un shock eléctrico en todo su cuerpo que cruzaban por las cadenas.

— Sigue intentando en vano...Jamás lo vas a lograr. — Mostró esa sonrisa de suficiencia que le hacía hervir la sangre.

— Bien. — Danzō río sin cesar y apareció de nuevo en las instalaciones de Raíz.

— ¿Sigue ahí? Danzō-sama. ¿Tomioka sigue ahí? — Preguntó su leal servidor.

— Si. Pero no te preocupes, es un genjutsu muy poderoso, pero seguramente tiene una debilidad. Aprovecharemos cuando no está pendiente de él para destruirlo. — Esas pesadillas que lo azotaban de pronto en algún momento del día llegarían a su fin. Y se vengaría de ese anbu que lo interrogaba momento tras momento.

— 🍃✨🍃—

— ¿Un lugar para entrenar? — Tras volver de la batalla contra Danzō, Tomioka se dio cuenta de que le faltaba mucho camino por recorrer en especial si quería salvar a esa persona misteriosa con vida injusta. Por lo que fue a hablar con el Hokage. — ¿A que te refieres?

— Perdone si exijo demasiado, pero las zonas de entrenamiento están siendo muy utilizadas por los nuevos equipos...

— Comprendo. — El Hokage se levantó con prepotencia y se encaminó hacia uno de los libreros de su oficina. Tomando uno de ellos y sacando una imagen de entre sus paginas. — No puedo asegurarte un lugar privado. Pero hace tiempo que esta vieja casa se abandonó a las afueras de la aldea.

La imagen le recordaba mucho a su antigua finca del agua en su vida pasada. Acepto sin problemas la casa y se encaminó a verla. Al cruzar por el marco de la puerta le entró una gran sensación de nostalgia. Recordaba la vez que Tanjiro se la había pasado gritando su nombre casi por todo un día. O la vez tras la batalla final cuando Sanemi y Uzui se presentaron en la finca de sorpresa y brindaron por aquellos que no pudieron ver la paz.

No tardo demasiado para repararla gracias a los clones de sombra. Así que ahora era donde entrenaba su resistencia y nuevos jutsus, y ahora también sería donde entrenaría y viviría Fū.

— ¡Vaya! Que bonito lugar Tomioka-san. — Fū se puso a explorar un poco la casa, estaba vieja y desgastada pero al menos funcionaba.

— Perdona que no la haya tenido lista antes. — Fū estaba encantada, al menos ya no viviría en una casa del árbol y tendría una cama más cómoda. — ¿Recuerdas las condiciones que te puso Lord Hokage?

La estancia de Fū había llegado con ciertas condiciones. No podría estar por ahí sin vigilancia principalmente por ser la jinchuriki del Chomei, y Tomioka había sido el asignado para cuidarla la mayor parte del tiempo. Cosa que también le había traído problemas con dos pequeños celosos que siempre lo estaban siguiendo.

La segunda condición consistía en que tendría que participar como ninja en función de la aldea. Tomioka se negó al principio, acababa de llegar a un lugar nuevo y era posible que se sintiera aturdida o asustada. Pero el Hokage aclaró que sería sospechoso tener a una niña que no pertenece a la aldea aislada, podría empezar un conflicto con Takigakure, como extra, sería más sencillo vigilarla y protegerla si estuviera en un equipo con un maestro.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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