Melody.
Nunca había esperado tanto por la llegada de un mensaje, sin exagerar. Me encontraba en mi mesa preferida de la cafetería, junto a la esquina de la barra con las paredes de cristales tras de mí. Habían pasado varios minutos desde el último mensaje que le envié a Jairo, y ni qué decir del tiempo que llevaba aquí esperando, podía decir que hacían casi dos horas.
Comenzaba a pensar que ya no vendría, y eso no estaba del todo mal si me hubiese avisado antes, pero ahora ya llevaba un buen rato perdiendo el tiempo. Desde hace horas podía haber ido a la terraza con mi nuevo teclado para seguir creando la melodía que deseaba ponerle a mi canción. Todo lo contrario a eso seguía aquí, esperando, subcionando fuerte el absorbente de mi malteada mientras ya no llegaba ningún liquido a mi boca, solo se oía el sonido del vaso vacío.
—Ya deja eso, estás tomando aire—su mano agarró el vaso alejándolo de mi.
Suspiré dejando de ver la puerta de entrada para voltearme hacia Charly.
—Creo que no va a venir—dije desanimada, viendo como mi amigo se sentaba en la esquina de la mesa frente a mi.
—Y yo creo que no deberías confiar tanto en ese chico, me parece extraño—arrugó un poco su rostro.
—¿Por qué extraño?
—No lo sé, siento que tiene algo raro. Es decir, talvez es solo imaginación mía, pero tengo el fuerte presentimiento de que lo conozco, o más bien, de que ya he visto antes su cara—comentó con algo de confusión—. Es como si lo viera y supiera que tiene algo escondido.
—Eres un poquito paranoico, ¿lo sabes?—lo miré frunciendo mis cejas y sonriendo con rareza al mismo tiempo.
—Solo soy precavido con mis intuiciones.
—Sí sí, como digas—acepté restándole importancia—. Yo solo quería que me diera algunos consejos porque viste lo increíble que canta, tiene una técnica buenísima.
—Eso es verdad, el chamaquito canta durísimo—aceptó él dándome la razón.
—Exacto, por eso me hubiese ayudado mucho si me enseñaba algunas técnicas, más ahora que en verdad lo necesito. Esas audiciones serán en dos semanas y tengo que estar preparada.
—Y ahora que lo dices, me recordaste que estaba enojado contigo por ser el último en enterarme de que pasaste el examen—dijo en su tono más ofendido, levantándose de la mesa.
Solo me demoré en decirle porque esperé hasta el otro día para darle la noticia en persona. Pero mi amigo era lo más dramático que podía haber en la faz de la tierra.
—Charly—me quejé sonriendo por su actitud tan infantil.
—No, déjame, toy molesto—me dió la espalda sacudiendo su cabeza como actriz de telenovela.
—Carlitos deja el drama—pedí agarrando la manga de su camisa blanca para jalarlo.
Seguí jalando su ropa sin hacer mucha fuerza y él tampoco ponía mucha resistencia, solo estaba siendo dramático mientras ambos nos reíamos. Los dos detuvimos nuestro juego bobo al escuchar el sonido de las campanitas en la entrada. Fui la primera en mirar hacia el lugar, sonriendo por inercia en cuanto unos rizos oscuros y una mirada café entraron en mi campo visual.
—Llegó el príncipe de voz encantadora que esperabas—comentó mi amigo en voz baja y muy cerca de mí.
Lo miré con el ceño fruncido dándole unas palmaditas en su hombro. Él solo río bajito, moviendo exageradamente rápido sus cejas antes de irse de nuevo tras la barra. Negué dejando de prestarle atención para voltear mi rostro al lado contrario. Dí un saltito del susto al ver a Jairo justo frente a mí.
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Melodía De Amor
Romans¿Les gustaría ver amor, poesía y comedia en un mismo lugar? Pues eso es lo que más encontrarán en esta historia. Ella soñaba con ser una gran cantante, pero más que eso, anhelaba sentir las emociones que solo podía imaginar en cada letra que conver...