Capítulo.5

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BRITTANY

Luego de terminar por fin los dos libros que me faltaban por corregir salgo de mi habitación y voy a la cocina. Pasó por el pasillo y ya no veo nada del desorden que vi anoche.

Parece que ya ordenó todo el desorden que ella y Ronald hicieron, cree que no me acuerdo pero claro que me acuerdo de toda esa ropa.Dios. Todavía no puedo creer como Leah se enrolló con Ronald.

Llego hasta la cocina y veo a Leah en la sala mirando la televisión. Entro a la cocina y busco pastillas para el dolor de cabeza <que por cierto, el dolor de cabeza me está matando> Ya, pero yo la que dije que evitaría la resaca <Dios>

—¿Qué buscas?—Pregunta Leah mirando la televisión.

—Unas malditas pastillas para el dolor de cabeza—Bufó y sigo buscando en los gabinetes.

—Ahí no vas a encontrar nada, bájale a tu intensidad y tus palabras—Dice fijando su atención en mí y dejando de ver la televisión—¿Te bebiste el té que te puse en la mesita de noche?

—No me voy a beber esa porquería, son las 8 de la noche voy a salir a comer afuera—Salgo de la cocina y voy a mi habitación ignorando todo lo que dice Leah.

Entro y busco las llaves de la casa, tomo las de mi habitación también y salgo cerrando esta.

Le pasó como si nada a Leah y voy hacia la puerta, pero justo cuando la iba a abrir la tocan. Abro la puerta y atrás de esta me encuentro a Ronald

<Que descaro el suyo>

—Hola Ronald—Lo miró sonriente. Si mi hermana no me va a decir este menos, pero de todas formas le tengo que sacar información a uno de los dos—¿Qué te trae por aquí?

—Vine a hablar con Leah sobre algo que pasó anoche—Contesta y empieza a tener un TIC nervioso.

—Adelante, yo saldré puedes ponerte cómodo—Habló y pasó a su lado directo al ascensor. Entro y presiono el piso principal mientras veo cómo va bajando el ascensor.

Cuando llego al piso principal salgo del ascensor y me dirijo afuera. Afuera está nublado pero no me importa, tengo un dolor de cabeza terrible y una hermana que soportar.

Camino toda la cera en busca de llegar a algún restaurante económico y cerca pero lastimosamente no veo ninguno, así es la vida en Buenos Aires supongo.

Pero prefiero una y mil veces vivir en Buenos Aires que vivir en Medellín, después de ese infierno que viví en ese país no quiero volver a pisar un pie de nuevo ahí.

El frío de la noche ya se hace presente y aún no veo un solo restaurante o algún lugar de comida cerca, <Me estoy rindiendo, creo que volveré a casa y pediré algo>

Si, eso es lo que haré, hace mucho frío y yo no pienso soportar estar caminando a las diez de la noche en una calle tan solitaria.

¿A quién se le ocurre pensar que en esta calle tan sola y oscura venderían algo de comida?

A ti.

Si a mi, una loca total por pensar eso.

Me doy media vuelta y en eso veo una camioneta negra venir a gran velocidad por la misma calle que voy caminando.¡Mierda!

¡Viene hacia aquí!

No,no,no,no,no ¡No puede venir hacia aquí carajo! ¿Qué mierda pensé al salir a esta hora de mi apartamento? Tremendo día me llevo.

Me doy la vuelta para seguir mi camino nuevamente pero con los pelos de punta por saber que atrás de mí viene una camioneta.

De reojo veo como se acerca a la cera y va tomando el ritmo que yo tengo. Quiero no voltear a ver pero me es imposible y mi terca cabeza voltea.

Amor por contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora