Como conquistar al emperador

Nuevos amigos

Xue Yang, al regresar de la boda y enfrentar las consecuencias de haber asesinado a su hermano, se sentía abrumado por una culpa que nunca antes había experimentado. La carga de su acción lo oprimía con una intensidad que desbordaba sus emociones, y la pesada sombra de la traición lo envolvía en un manto de arrepentimiento.

Nunca había sentido una culpa tan profunda, ni siquiera cuando había cometido otros actos oscuros. La angustia de no haber ido a ver a su doncel, quien estaba alejado en medio de todo este caos, intensificaba su remordimiento. Agradecía en silencio que, gracias al escándalo y la preocupación que envolvían al emperador con el bienestar de su favorito y las tensiones de la guerra, no había sido castigado por sus actos. En medio del tumulto de la corte y las intrigas, Xue Yang encontraba un leve consuelo en la indulgencia que el emperador había mostrado, aunque la verdad era que su propio corazón no le permitía olvidar el peso de sus decisiones y el dolor que había causado.

En la penumbra de la habitación, Xue Yang se encontró frente a Xiao Xingchen, cuya angustia y cansancio eran palpables. Xiao Xingchen, con los ojos llenos de lágrimas, habló con una voz quebrada: "Es cada vez más difícil para mí ocultar el embarazo de todos. La presión, el dolor y la preocupación me están ahogando, ahora soy encargado de todo el harem, sabes lo difícil que es para mi? y tú, que prometiste estar a mi lado, me has estado evitando. ¿No ves cuánto necesito tu apoyo ahora?"

Xue Yang, al principio, se sintió herido por el reproche y se cruzó de brazos, su enojo comenzando a brotar. "¡No todo es tan simple!" respondió, su tono cargado de defensiva. "No puedes esperar que todo sea fácil para mí mientras manejo los problemas que enfrento."

Sin embargo, al ver las lágrimas de Xiao Xingchen y el dolor genuino en sus ojos, su actitud se suavizó. El remordimiento se apoderó de él al ver a su doncel, su corazón endurecido por el resentimiento se quebró. "Lo siento," dijo finalmente, con la voz temblorosa y llena de pesar. "Sé que he fallado y no he estado ahí como debería. No puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti. Prometo que lo haré mejor, que estaré a tu lado y que te apoyaré en todo lo que necesites. No volveré a dejarte solo en esto." Xue Yang se acercó a Xiao Xingchen, envolviéndolo en un abrazo lleno de arrepentimiento y cariño, mientras las lágrimas de su doncel seguían cayendo, y con cada sollozo, el peso de sus propias faltas parecía aligerarse un poco.

Lo que no sabían los donde amantes es que, desde la penumbra de un rincón oculto de los pasadisos, Nie Huaisang escuchaba atentamente cada palabra de la dolorosa conversación entre Xue Yang y Xiao Xingchen.

Mientras sus pensamientos se tejían en un elaborado plan, Nie Huaisang sabía que para vengar a su hermano y alcanzar sus objetivos, debía unirse al bando correcto.

La clave para lograrlo era apoyar al favorito del emperador, y para eso, se estaba dedicando a ganarse la confianza de Wen Ning, construyendo lentamente una alianza estratégica. Cada palabra que escuchaba fortalecía su decisión, y con un plan meticulosamente trazado en su mente, Nie Huaisang se preparaba para mover sus piezas en el juego de poder, decidido a obtener justicia, al comprender que el veneno utilizado contra Lan Qiren era el mismo que había acabado con la vida de su hermano. La revelación encendió una llama de venganza en su interior, y una fría resolución se apoderó de él.

Desde el momento en que Nie Huaisang se enteró de la guerra, comenzó a mover sus piezas con precisión calculada, consciente de que su ama no tenía la mínima oportunidad de prevalecer.

A medida que la situación se desarrollaba, se encontró con una revelación aún más perturbadora: cuando su ama le confió su plan desesperado, Nie Huaisang descubrió la profundidad de su falta de escrúpulos. Su ama, en un intento desesperado por asegurar su posición, ofreció incluso a su propio hijo, el Madam jingyi como pago, un sacrificio atroz que Nie Huaisang no podía tolerar.