𝟎𝟏

20 2 0
                                    

Corrió tanto como pudo, sacudiendo su cuerpo de un lado a otro para evitar tropezar, aquel líquido carmesí no deja de gotear estaba herido gravemente, pensó que esa seria su ultima noche con vida pues no había nadie que pudiera ayudarlo y si lo habría probablemente también hubiera terminado muerto simplemente se dejo caer en el frio suelo aceptando su destino.

- Vamos Naoto, ayúdame está muy pesado. -─ Intentaba cargarlo aquel joven de cabello oscuro, y ojos celestes cuales parecían como el océano y un físico algo delgado, pero atractivo.

-─ Se están acercando, apresúrate. -─ Esas palabras fueron lo último que escucho Sanzu antes de desmayarse por completo.

El pelirrosa volvió a tomar consciencia poco a poco escuchando uno que otro ruido proveniente de la habitación donde se encontraba, intento levantarse, pero era inútil todo su cuerpo estaba débil y ni que decir sobre el fuerte aroma que emitía cierto individuo a lado de él con los ojos totalmente abiertos.

-─ ¿Pero qué?. -─ Trató de reaccionar sin embargo fue inútil una ola de calor estallo sobre su olfato, sabía perfectamente a quien le pertenecía aquel aroma tan embriagador y único, pero nunca imagino que volvería a encontrárselo otra vez.

-─ Sanzu... -─ Escuchó esa voz, y no había duda era su omega, su pareja predestinada. Takemichi.

Porque la vida siempre estaba en su maldita contra, pensó el alfa, no había manera de que lograra alegrarse o celebrar. El simple hecho de que se volvieran a encontrar de por si ya era una condena asegurada, debía pensar en como salir de ese lugar antes de que el omega y él hicieran algo estúpido.

-─ ¿Por qué después de tanto tiempo en paz decides aparecer? Acaso no fui lo suficientemente claro ese día, no puedes solo dejar de joderme la vida. -─ Sanzu parecía hablar con tanta facilidad e incluso tenia una sonrisa de lado, pero la verdad era que su conciencia lo carcomía por dentro, se moría de ganas por hacerlo suyo de nuevo sin importarle el ambiente en el que se encontraban o las personas que posiblemente estén en aquella casa.

-─ Yo...no quería, pero verte al borde de la muerte. -─ La voz del omega ya estaba entrecortada por las enormes ganas que tenía de llorar, tenia en cuenta que todo el plan de Sanzu se había arruinado por su culpa, pero acaso los demás no harían lo mismo al ver a la persona que más aman a punto de morir. -─En verdad lo siento, soy un omega inútil, sin embargo, sé que tu hubieras hecho lo mismo por mí. -─ Takemichi tuvo que contener sus lagrimas ya que no quería que su alfa siguiera pensando que era un cobarde llorón.

-─ Vaya, por fin admites que eres un bueno para nada, solo sirves para satisfacer las necesidades de nosotros los alfas y dar a luz. Dime omega, crees que tu regreso va a hacer que todos mis problemas desaparezcan... porque estas muy equivocado, no sabes cuanto aborrezco tu existencia. ­­-─ Sanzu detente, fueron las únicas palabras que pudo leer en el rostro demacrado del omega, se odiaba a si mismo por hacerle todo esto al que alguna vez fue su razón de vivir... y aun lo seguía siendo, pero no debía de mostrarse vulnerable ya que no era el único que sabría de su regreso.

-─ Ya fue suficiente. -─ Otra voz interrumpió la conversación, Sanzu rápidamente logro reconocer a la figura que se acerca hacia la habitación donde ambos destinados se encontraban. Naoto Tachibana, definitivamente no era una gran sorpresa pues él mismo fue quien se encargo de que Takemichi siempre estuviera en buenas manos. -─ Takemichi, te dije no era buena idea ayudar a este infeliz, déjame a cargo ahora, ve a descansar.

-─ Naoto, esta bien -─ El omega de por si ya se encontraba en un estado de agotamiento total, no quería preocupar a su amigo de la infancia y en especial a Sanzu, porque después de todo Takemichi tenia en cuenta que el pelirrosa siempre había estado pendiente de el. Después de todos estos 10 años, el destino no podía mantenerlos separados.

-─ Entonces, ¿qué es lo que harás? -─ Habló el pelinegro una vez que el omega dejó la habitación cerrando la puerta, era ahora o nunca poner en marcha todo el plan que el alfa había ideado hace tiempo atrás para proteger a su omega con ayuda del beta presente en la habitación. -─¿Hasta cuándo seguirás huyendo? Eres consciente de todo el daño que Takemichi tuvo que soportar por tu ausencia.

-─ Ya lo sé, joder -─ Sanzu estaba estresado por todo este asunto, pero Naoto tenía razón, esto no era lo que había jurado en un pasado, debía de hacerlo por el bien de su omega y sobre todo porque él también había sufrido las consecuencias de estar demasiado tiempo lejos de su destinado. -─ Mándale un aviso a los demás, martes por la noche tienen que estar todos reunidos para llevar a cabo el plan.

-─ Así lo hare, mientras tanto aléjate de Takemichi, no podemos arriesgarnos a que él logre saber nuestra ubicación. En especial sobre su regreso -─ Naoto simplemente tuvo un leve escalofrío al recordad aquella mirada tan penetrante que pudo divisar en su adolescencia y que aun lo mantenía despierto por las noches.

.

En otra parte.

-─ Sabia que tarde o temprano estarías de vuelta, omega mío. -─ Hablo una voz sombría, observando desde su enorme edificio las calles de Tokyo, pensando en su próximo movimiento para recuperar lo que era suyo desde tiempo atrás. Después de todo su marca aún seguía intacta así que podía sentir la presencia del omega cerca, esta vez no tendría piedad por aquellos que le arrebataron lo más preciado de su vida.

.

Nota: Si que pasaron años, pero mejor tarde que nunca. Pueden darme su opinión sobre Naoto, tenia pensado ponerle una pareja, pero aun no me decido por cual de todos. Gracias por leer, toda duda que tengan estaré respondiendo en los comentarios.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗣𝗔𝗦𝗧 𝗟𝗢𝗩𝗘⸺音Donde viven las historias. Descúbrelo ahora