Capitulo 3

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Preferiría quedarme con la culpa, que con las ganas.

- Wólfram Blackwell.



Wólfram

El tener que sobrellevar los días lluviosos suele ser un reto, por ser como soy me pone malhumorado el tener que usar más de lo que se necesita de vestimenta, con usar el traje me basta y tener que usar blazer aparte para evitar el mojarme es un martirio, aunque llega a tener sus ventajas, una de ellas es que Lía se ve fascinada cada que uso algo parecido, ya que se mete entre mis brazos y cintura tratando de rodear todo mi torso, aunque no puede, pero se calienta entre mi cuerpo y el blazer evitando el uso de las mantas acaloradas que suelo hacer que use para evitar algún resfriado o enfermedad que se propague por el maldito aire contaminado. Me pongo mi loción edición Gucci Eau de Toilette que mandé elaborar solo para mí y mis familiares, durante algunos eventos nos han preguntado donde es que conseguimos dicha edición, es gracioso el que la clase baja crea que nosotros conseguimos las cosas en cualquier tienda barata cuando en realidad es que mandamos elaborar la mayoría de nuestras pertenencias y las que no es porque son regalos de gente de nuestro mismo nivel social, porque superior a nosotros, nadie. Me termino de arreglar el traje tomando el jodido blazer para ir a la habitación de mi petite para ver si ya despertó y llevarla abajo para desayunar, si bien sé que necesita quién la cuide, no puede estar todo el tiempo a cargo de Amelia, me necesita con ella, pero el encargarme de la empresa es un dolor de cabeza y el tener que alejarla lo dificulta, sé que no es culpa de ella, solo que necesito el apoyo de Amelia al menos por ahora, entiendo que tiene sus propios compromisos y tiene una vida, pero si se ofrece a cuidar a mi beba tomaré su palabra, al menos por un tiempo pero es definitivo que necesito una nanna para Lía y por mucho que odie la idea de dejarla al cuidado de una desconocida a poder cuidarla yo y ver sus avances de manera general, como sus primeros gateos o su primer palabra me jode sobremanera ya que no me perdonaría el no estar presente y que en algún momento deje de reconocerme por estar más en la empresa qué aquí en casa con ella. Necesito solucionar lo antes posible los malditos obstáculos que me impiden salir a la luz con ella, sé que jamás estará segura de manera definitiva a mi lado, pero soy egoísta al tener que dejarla ir o con alguna familia común que podría cuidar de ella, puede que este mal, pero es mi jodido mundo y lo que me complementa y sé que no la dejaré ir jamás, tal vez la condene a una vida que no se esperaba, pero así es esta vida, no existen cosas justas y por desgracia no le toco formar parte de otra. Avanzo por el pastillo que nos conecta ambas habitaciones, entro poco a poco viendo como mi pequeña mariposita se acurruca con su peluche en forma fetal temblando un poco y veo que su manta esta en el piso, casi siempre suele pasar lo mismo cuando se remueve en la cuna después de que haya ingerido algo dulce por muy pequeño que sea, y con Amelia nunca se sabe lo que le da a mi bebé, le encanta contradecirme en lo que tiene que ver mi hija, no sobrepasa los límites de su salud pero los de mi paciencia parece que no le importan mucho, Lía es alérgica al kiwi, eso quedó comprobado la vez que Emma trajo un mini pastel por su cumpleaños número siete, fue elaborado con su leche de fórmula e ingredientes que pudiera ingerir a sus meses, nanna se encargo de eso, es algo así como tradición de familia, que se ha hecho desde el bisabuelo de Dorian y prosiguió hasta detenerla con mi bebé, que ese día se empezó a sofocar por aire, manoteando todo lo que se encontraba de camino en el mesón, ese día sentí como mi jodido mundo se derrumbaba viendo a mi petite ponerse poco a poco morada, no podía moverme del shock en el que me encontraba, a mi mente vinieron las imágenes de sus pocos meses que lleva de vida junto a mi, por suerte Selene se despabilo y busco ayuda, rápido empezaron a moverla rumbo a la camioneta y llevarla al hospital que se encontraba a cinco minutos cerca de la casa de los Blackwell, tuve que salir del aturdimiento cuando Maddox me abofeteó riñendome sobre que debíamos largarnos para ver el estado de mi bebé, por el bien del maldito hospital todo salió bien y le diagnosticaron su alergia al Kiwi del cual ahora le evito el contacto al cien por ciento, la voy moviendo de un lado a otro tratando de que despierte, hasta conseguirlo de una manera no tan agradable para ella ya que se suelta a llorar como si una aguja la hubiese tocado.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora