No tan cerca

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El pasar de los días dentro de la empresa era un poco más sencillo desde que dejé de prestarle tanta atención a Joel, lo hacía porque mis valores morales muchas veces no me dejaban dormir, después de esas emociones que sentí al sólo rozar sus dedos mi ropa fue un disturbio tan grande en mi cabeza y en mi ser que preferí hacer todo lo posible por contener.
Además, el cambio de administración en supervisión traía con los nervios de punta a Joel, el nuevo supervisor, Alejandro era muy exigente y perfeccionista, además tenía a Joel en muy alta estima y confiaba en su potencial para el futuro crecimiento que la empresa llegaría a tener, aunque era posible que todos esos planes profesionales de Joel pronto se vinieran abajo, no por su mal desempeño laboral sino por cuestiones personales.
Un viernes, volví a la oficina después de mi horario de alimentos y la sorpresa fue que la oficina se encontraba cerrada con llave, a lo que decidí sentarme en los sillones de afuera y esperar a que la abrieran, era demasiado raro que la oficina estuviera cerrada puesto que siempre estaba alguien ahí. Revisé el horario para ver quiénes teníamos que volver ese día a guardia cuando la voz de una mujer me hizo voltear la vista de mi celular...
"Hola, buenas tardes. Estoy buscando a mi esposo, Joel. Quedamos de vernos para comer pero no llegó al restaurante de mi hermana, ¿sabes si lo puedo encontrar en la oficina o si salió a alguna reunión?"

Su esposa estaba aquí, justo frente a mis ojos, con un bebé hermoso, con los ojos grandes y expresivos como los de Joel, tartamudee antes de responderle que acababa de llegar a la oficina y no lo había visto.
"Qué raro, él nunca me fallaría" dijo con esa suave voz.
"Me preocupa un poco que no haya llegado, no me responde su teléfono, ¿De verdad no lo viste?
Justo cuando iba a responderle el picaporte de la puerta empezó a sonar, ambas volteamos a ver qué sucedía, la puerta poco a poco de abrió y aparecieron ante nuestra cara Mariana y Joel...
Mariana es una cocinera de otra sucursal en la que Joel también había sido gerente.
Cuando ambos nos vieron sentadas ahí afuera a su esposa y a mí se les borró la sonrisa de su rostro, simularon seguir una conversación con respecto a temas laborales algo que era evidente que no estaban tratando, Mariana corrió por el pasillo para bajar las escaleras lo más rápido que pudo., yo entré a la oficina después después de escuchar como la esposa de Joel le cuestionaba porque estaba encerrado con esa mujer dentro.

Desde mi escritorio escuchaba toda la discusión que tenían en el pasillo, él lo negaba todo y ella no paraba de preguntarle cosas, su voz se entre cortaba entre el sentimiento y el coraje pero vaya que Joel sabía mentir muy bien, a todo le encontraba una respuesta "coherente". Me sentí incomoda y decidí irme a la sala de juntas a esperar que las cosas se calmaran, cuando entre me senté en el sillón de cuero marrón que hay a un lado de la mesa redonda y de entre los cojines encontré una braga negra de encaje...
La tomé y estaba viéndola cuando Joel entró, voltee a verlo y sólo sonrió.
"No sé cómo llegó eso ahí, estábamos tratando asuntos del trabajo, me crees ¿Verdad?"
Es una situación que no me incumbe, le respondí.
Se acercó, lentamente, tomó mi cintura y acercó su rostro al mío
"Más te vale" susurró.
Empujé con mi mano su pecho para hacer un espacio entre nosotros y salí de ahí rumbo a mi escritorio, tomé mis audífonos y me puse a realizar mis pendientes para poder irme lo más rápido posible de ahí.

Cuando finalicé, fuí a reportarle mi salida a Joel, me hizo pasar nuevamente a la sala de juntas y cerrar la puerta, me ofreció una disculpa por lo que había pasado hace rato, inclusive empezó a contarme detalles sobre María, su esposa, como fue su noviazgo, su matrimonio y su faceta como papás, lo interrumpí y le dejé en claro una vez más que era cuestiones que no me interesaban...
"Sabes Rita, sé que tú has visto varias cosas que me comprometen, con diferentes chicas del lugar. Quiero ser muy franco contigo, no sé de qué forma acercarme a tí, eres una chica increíble, sumamente hermosa y ese labial rojo que siempre utilizas me hacen imposible dejar de mirarte y sacarte de mi cabeza, quiero que sepas que si estoy cerca de ellas es porque no puedo estar contigo, no necesitaría nada si estuvieras conmigo. Sé que es raro que primero te hable sobre mi vida personal y ahora sobre ésto, quiero que lo pienses... ¿Te interesaría?

Sólo vine a avisarle que me retiraba después de terminar todos mis pendientes y ahora estoy ante él, con una propuesta que me carcome el pecho al escucharla, que sé que lo correcto seria abofetearlo e irme de ahi pero a su vez, me hace querer decirle que sí sin pensarlo...

Deseo que callarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora