🌹 ; Capitulo O3

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Después de una hora desde la última conversación con su jefe, Tamara, con sus característicos cabellos rojizos, se encontraba sentada en la cafetería de la empresa. El ambiente en la sala era tranquilo, pero en su mente, el bullicio de sus pensamientos la mantenía alejada de la realidad. Frente a ella estaba Demian, quien llevaba varios minutos hablando sin cesar, aunque era evidente que sus palabras no llegaban a la joven, absorta en sus propias reflexiones.

─¡Hey! Tierra llamando a Tamara, ¿me recibes? ─insistió Demian, un tanto desconcertado, mientras agitaba su mano frente a la cara de la chica, tratando de captar su atención.

Tamara parpadeó, sus ojos marrones finalmente se enfocaron en los de su compañero. Había emergido de su trance, pero la confusión aún la envolvía. Se quedó inmóvil, sin saber cómo explicar su distracción, atrapada entre la realidad y sus pensamientos. Demian, al notar su silencio, dejó escapar un suspiro resignado, dejándose caer ligeramente en su asiento.

─¿Estás bien? No pareces la misma ─inquirió, con preocupación en su voz.

Tamara desvió la mirada, concentrándose en sus dedos que ahora jugaban nerviosamente con el borde de su taza. Las palabras se amontonaban en su mente, pero ninguna parecía adecuada para describir lo que la inquietaba.

─Se acerca el cumpleaños de mamá... ─murmuró finalmente, casi en un susurro.

Ah, así que era eso, pensó Demian, comprendiendo de inmediato la fuente de su preocupación. Cambió su postura, inclinándose hacia ella y apoyando el mentón en la palma de su mano, su atención ahora completamente centrada en la pelirroja.

─¿Eso es lo que te tiene así? ¿Estás pensando en pedirle permiso al jefe para ir a verla?

─Bueno, la verdad es que yo... ─

Antes de que pudiera terminar, la puerta de la cafetería se abrió con un tintineo. Ambos giraron instintivamente, sus miradas cruzándose con la de una joven desconocida que acababa de ingresar al lugar.

Era hermosa. Sus ojos azul celeste brillaban bajo la luz de la cafetería, y su cabello rubio y lacio caía como una cascada dorada sobre sus hombros. Parecía salida de una portada de revista, con su atuendo impecable: una camisa blanca bajo una chaqueta de cuero negra, complementada por una minifalda gris adornada con lentejuelas. Por un instante, Tamara pensó que esa mujer lograría verse bien incluso con un saco de papas.

La joven los observó por unos segundos con una expresión de leve desconcierto, antes de avanzar con una mirada indescifrable hacia ellos.

─Disculpen, ¿Saben dónde queda la oficina del señor Richmann?

Tamara se levantó de inmediato, tratando de mantener la compostura y mostrar cortesía. Esbozó una sonrisa controlada, uniendo sus manos frente a sí, y respondió con voz amable.

🌹⋆。˚꩜ Una Esposa Para Kade | ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora