Promesa

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Narra Flavio:
Hace unos días encontré en una tienda un cuaderno y, aunque no sabía que uso darle, no pude resistirme a comprarlo. Estuve días pensando que hacer con él pero ayer una idea se me pasó por la mente y decidí transformarlo en un cuaderno viajero para el cual necesitaba comprar una gran cantidad de materiales. Tal vez no haga nada este fin de semana pero, el lunes, en cuanto regrese a mi casa prometo ponerme con ello.
- Bebé - viene a abrazarme Sam en cuanto salgo del ascensor.
- ¿Qué tal estás? - le digo una vez entramos en la casa y me desprendo de todas las cosas que traía encima porque sí, no sólo me vine con la mochila para pasar el fin de semana en su casa sino que también traía los materiales para transformar el cuaderno pues acababa de comprarlos.
- Ahora que estás aquí mejor, te he echado de menos - me dice volviendo a abrazarme. Esta semana apenas nos habíamos podido ver y se notaba. - ¿Qué es eso? ¿Has traído la cena?
- No, son unas cositas que necesitaba para una idea que tengo en mente - le digo sentándome en el sofá. - Las compre de la que venía aunque probablemente hasta el lunes no las utilice.

Narra Samantha:
Esta semana había sido imposible vernos pero, hoy es viernes y con él comienza un fin de semana que prometimos pasar juntos el último momento.
- Bebé - fui a abrazarlo en cuanto salió del ascensor. Esta semana no nos habíamos visto y hoy, no está siendo uno de mis mejores días, tenerle cerca es algo así como un salvavidas en los peores momentos.
- ¿Qué tal estás? - me preguntó una vez entramos en la casa.
- Ahora que estás aquí mejor, te he echado de menos - le confieso volviendo a abrazarle. - ¿Qué es eso? ¿Has traído la cena?
- No, son unas cositas que necesitaba para una idea que tengo en mente - me dijo sentandose en el sofá. - La compre de la que venía aunque probablemente hasta el lunes no las utilice.

Narra Flavio:
No he querido contarle nada a Sam porque mi intención es que sea una sorpresa para ella. Cuando pensé en hacer un cuaderno viajero, pensé en hacerlo como algo conjunto que pudiésemos ir completando a medida que viajemos pero antes de mostrárselo, quería añadir aquellos lugares que ya hemos visitado.
- Bebé, sé que te dije de ver una película pero, ahora mismo solo me apetece echarme a dormir - me dice.
- Vete a dormir tranquila - insisto mientras me acerco a la puerta.
¿Te vas? - me pregunta asustada viendo cómo abro la puerta.
Voy a tirar la basura, tranquila - le digo dejándole un beso pero antes de llegar a cerrar la puerta me vuelvo a girar. - Sé que algo te pasa y no te voy a insistir en que me lo cuentes pero recuerda que estoy contigo.
Cuando regrese de tirar la basura, me la encontré dormida en el cuarto y, aunque podía haberme echado yo también la siesta o ir al salón para no molestarla, decidí quedarme allí sentado en su tocador transformando el cuaderno, así ella no se asustaría al no verme y yo, podía controlar que no se despertase y me pillase con las manos en la masa.

Narra Samantha:
Me sorprendió no encontrarme a Fla en la cama cuando desperté pero más me sorprendió cuando le encontré en mi tocador concentrado en saber qué, estaba tan concentrado que por mucho que le llamase no se enteraba.
- ¿Qué haces? - le digo abrazándole por la espalda.
- Cariño, ¿cuánto llevas despierta? - me pregunta después de recuperarse del susto que se llevó al sentir mis manos sobre él.
- Lo suficiente para ver que algo andas haciendo - le digo sentándome en sus piernas. - Te llamé varias veces pero no me hacías caso. ¿Qué te tenía tan concentrado?
- Estaba componiendo un rato, ya sabes que la inspiración viene cuando viene y hay que aprovecharla - me confiesa apartándome el pelo de la cara.
- Ya... ¿Y esto? ¿Te has comprado una nueva libreta de composición? - le pregunto intentando alcanzarla pero fue más rápido que yo, yo la aparto de mi alcance.
- No es un cuaderno de composición, es otra cosa que aun no te puedo decir - me responde.

Narra Flavio:
Por mucha resistencia que pusiese, tenía claro que Sam no iba a parar hasta descubrir de qué se trataba ese cuaderno y viendo que apenas nos quedaban cuarenta y cinco minutos para la cena con sus amigos, decidí no alargar más el momento y dejarle que lo descubriese.
- Primero escúchame, ¿vale? - le digo. - Después ya te dejo que lo veas. Tenemos cuarenta y cinco minutos antes de irnos con tus amigos.
- Si llegamos tarde tampoco pasa nada, ya están acostumbrados - me dice riéndose. - Venga, cuéntame que te tiene tan misterioso hoy.
- El otro día encontré esto en un escaparate y no me pude resistir a comprarlo aunque, no sabía muy bien qué hacer con ello - le digo cogiendo el cuaderno en la mano. - Antes de ayer se me vino a la mente una de las promesas que nos hicimos cuando salimos de la academia y que, dadas las circunstancias, no pudimos seguir cumpliendo.
- Bebé... - me llama Sam pero no la dejó continuar hablando.
- Déjame terminar, por favor - le pido. - Quizás no te parezca buena idea pero a mi me gustaría volver a poner la promesa sobre la mesa, aún nos quedan muchos lugares a los que ir y también podemos volver a aquellos a los que ya fuimos, volver a ellos y disfrutar tanto o más que el primer día. Pero...
- Bebé - vuelve a llamarme aunque esta vez, si la dejo continuar. - A mi también me gustaría cumplir esa promesa, esa y todas las que nos vayan surgiendo.

Narra Samantha:
Cuando salimos de la academia, entre otras muchas cosas, prometimos recorrer el mundo juntos pero, las circunstancias, hicieron que eso se quedase en el olvido. Y, aunque indirectamente, esta promesa ya la hemos retomado con nuestro viaje a Edimburgo y Londres, ponerlo sobre la mesa de nuevo lo hace todavía más real.
- Samanthi... - me llama.
- ¿Qué pasa bebé? - le preguntó girándome a mirarle directamente a los ojos. - ¿Hemos consumido ya todo el tiempo que teníamos para llegar a la cita?
- Aún nos quedan veinte minutos y ya les he avisado de que íbamos tarde, tranquila - me dice acercándose a mí.
- Entonces... - intenté averiguar.
- Esto es para ti, lo he terminado hace unos minutos y creo que ya está listo para que lo tengas en tus manos - me dice entregándome el cuaderno. - Como te estaba diciendo antes, me encantaría que retomaremos la promesa de recorrer el mundo juntos y aquí, he querido recopilar recuerdos de aquellos lugares que ya hemos visitado. Hay una página por lugar y un montón más en blanco para que podamos rellenar próximamente.
- Bebé, es precioso - le digo intentando no llorar, aunque me lo pone difícil. - Ahora nuestros viajes van a tener un sentido añadido.
- Todos los lugares son especiales si estamos juntos porque como hemos dicho alguna vez... - suelta antes de que salgamos por la puerta.
- "No es el lugar sino la persona con la que lo compartes" - decimos al unísono fundiéndonos en un beso y abrazo, los cuales son interrumpidos por el sonido de mi móvil porque, efectivamente, nos habíamos retrasado más de lo acordado pero no importa, el retraso ha merecido la pena.

¿Casualidad? No lo creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora