Capitulo 112 Fiesta de pijamas

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"¡Mami, mami, me gusta tu nuevo cabello!", gritó Adrian mientras corría a mis brazos cuando me vio.

"Aww, gracias bebé", dije mientras lo levantaba y lo ponía en mi regazo y le hacía cosquillas mientras se reía.

"Hueles y te ves bien también", dijo Adriel acercándose y la levanté y la puse en mi regazo también.

"Ahora, mi Señor y Señora, saluden a la abuela y al abuelo".

"Hola", dijo Adriel, pero Adrian se quedó callado.

"Woah", dijo después de un rato, "¿Tengo más abuelos?"

Me reí de él y Adriel puso los ojos en blanco, "por supuesto babo, tenemos dos padres. ¡Duh!"

"Oye, oye, no insultes a tu hermano y sí, Adrian, tienes cuatro abuelos. Dos abuelas y dos abuelos", respondí y su boca formó una 'O', "ahora ve a saludar".

"¡Está bien!", respondieron ambos mientras se arrastraban de mi regazo al regazo de sus abuelos.

Se hacían compañía por un rato mientras conversaban y sonreían mientras yo los veía sonreír a todos.

"Umm Tally, ¿puedo hablar contigo un segundo?", preguntó Shiwoo susurrándome al oído y asentí mientras lo seguía a una habitación.

"¿Qué pasa?", pregunté mientras cerraba la puerta y miraba a mi alrededor.

"Nada. Solo quería estar a solas contigo". Respondió encogiéndose de hombros y sonreí.

"¿Cuál podría ser la razón?", pregunté mientras tomaba una foto de su mesita de noche, "¿eres tú y Harin?". Asintió con la cabeza y tarareé mientras la devolvía a su lugar y luego procedí a nuestra habitación sorprendentemente grande. Supongo que son ventajas de hijo único.

"Oye Shiwoo, ¿sabes algo?", pregunté después de un minuto de silencio y él negó con la cabeza, "No sé tu edad".

Se rió entre dientes mientras miraba al suelo por un segundo antes de dar unos pasos más cerca hacia donde estaba sentada en su cama, "bueno, nací en el 88, así que puedes hacer los cálculos".

—Ah, ¿Oppa? —pregunté y él sonrió.

—Sí, Oppa. Deberías llamarme así a veces —dijo todavía sonriendo y yo negué con la cabeza riéndome.

—Sí, claro.

—¿Por qué no? —preguntó mientras se paraba sobre mí entre mis piernas.

—Bueno, porque no quiero —respondí siendo una malcriada y él levantó una ceja, lo que significa que es un domador de malcriados y tragué saliva.

Oh, mierda.

—Hmm. ¿Es así? —preguntó acercándose y comencé a sentir un dolor entre mis piernas.

—Mhmm —respondí mientras sostenía mi rostro entre sus manos y lo acariciaba.

La sensación fresca de sus anillos en los nudillos contrastaba con la sensación ardiente de sus dedos en mi piel.—Bueno, ¿sabes lo que hago con las niñas que no respetan a sus mayores?

—Negué con la cabeza porque estaba vacía y los únicos pensamientos disponibles eran él embistiendo profundamente dentro de mí—. Shiwoo, por favor. No puedo hacer esto más.

—Sonrió ante mi súplica y envolví mis piernas alrededor de él, acercándolo aún más.

Su entrepierna ahora estaba presionando justo sobre mi pecho mientras yo batía mis pestañas rogándole que se liberara.

"Me deseas, ¿no?", preguntó y yo asentí, "llámame Oppa".

Permanecí en silencio por unos segundos más, pero luego cerré mis ojos reuniendo suficiente fuerza para intentar decirlo, "¡Op-O-joder Oppa!"

Señor nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora