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Sweet Surprise era una pequeña cafetería, próxima al centro de la ciudad, que últimamente estaba ganando relevancia por sus deliciosos postres y bebidas. Como extra, esta tenía una decoración, tanto exterior como interior, muy adorable.

Las paredes estaban cuidadosamente pintadas con franjas color rosado pastel y blanco, alternando entre ambos colores; las mesas eran todas blancas, al igual que el mostrador, mientras que las sillas mostraban un color amarillo claro, por la madera de la que estaban hechas. Había una gran cantidad de plantas adornando el lugar, todas pequeñas y en masetitas negras, con caricaturas de gatos pintadas a mano. Era básicamente la imagen de lo que te aparecería en primera línea si buscabas "cafetería aesthetic" en Pinterest.

Suena como el lugar ideal para deprimirse por un corazón roto, ¿no?

Pues Sunghoon opinaba que, en efecto, lo era.

Ahí se encontraba él, a las seis y media de la tarde, en un café con temáticas dulces y adorables, con un trozo de pastel de chocolate en frente, lamentándose por sus fracasos amorosos, con la cabeza apoyada sobre su mano derecha.

Se sentía patético.

Su día había sido una mierda desde que Jay le contó sobre su "cita" y no parecía querer ponerse mejor. Había escuchado que no puedes dejar que un mal evento arruine tu día, que eso no importa, pero, carajo, Sunghoon estaba seguro de que quien sea en este mundo quien haya inventado esa pendejada ni seguía su propio consejo.

¿Cómo podía no arruinarse su día si su más grande amor estaba a días de tener una cita con alguien que no era él?

Su brazo estaba comenzando a dormirse, ya comenzaba a sentir ese cosquilleo molesto y ligero dolor de mano, debía cambiar de posición. Suspiró, visiblemente frustrado, mientras extendía sus brazos en la pequeña mesa para dos en la que estaba sentado. Su cabeza fue a parar en el hueco dejado entre ambas extremidades.

Quería ponerse a llorar ahí mismo, llorar por lo frustrado que se sentía, pero a la vez no quería.

Él era Park Sunghoon, él nunca lloraba. Él era casi un "ícono". Con su apariencia de modelo y su personalidad amable y reservada, era el centro de atención más de lo que admitía.

Él era Park Sunghoon, el que sufría por un amor unilateral con su mejor amigo en silencio en una cafetería con temática de gatos.

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- Darararararari~ - canturreaba suavemente Wonyoung, al ritmo de la canción que sonaba de fondo, frente a su pastelito de fresa en esa cafetería tan bonita a la que siempre iba cuando estaba en la ciudad. Iba tan seguido que los empleados ya la conocían, la llamaban la hermosa chica de cabello ondulado y ya sabían exactamente qué iba a pedir, aunque claro, de esto no estaba enterada.

Su postre llegó con una enorme fresa de color rojo vivo, probablemente la más bonita que había en la cafetería. Wonyoung no pudo evitar recordar que su mejor amiga siempre la comparaba con una fresa así.

Yujin probablemente diría que era canibalismo si la viese comérsela. Hablando de Yujin, a Wonyoung le habría gustado que estuviese ahí, las tardes eran más divertidas cuando la muchacha estaba con ella.

Ah, qué bonito día, pensaba la joven, mientras se terminaba su fresa. Una vez completada esta misión, su atención se volcó hacia su trozo de pastel. Se veía muy bien. Era muy rosa y se veía muy esponjoso, Wonyoung sonrió con anticipación. Tomó la cucharita que venía justo al postre, tomó un pequeño pedazo y estaba a punto de comerlo, cuando su sentido arácnido se activó.

Algo no andaba bien en lo absoluto, algo perturbaba su ambiente cómodo y calmado. Algo se sentía mal, algo que no pertenecía a ese lugar tan hermoso y colorido. Algo olía a depresión.

[ Miau : Jayhoon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora