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ノ刀√ノ乇尺刀の
⁽ⁱⁿᵛⁱᵉʳⁿᵒ⁾


╔══                        ══╗
ˡᵒˢ ᶜᵘᵉʳᵛᵒˢ ˢⁱᵉᵐᵖʳᵉ
ᵃᵖʳᵒᵛᵉᶜʰᵃⁿ ˡᵃˢ ᶠᵘᵉⁿᵗᵉˢ ᵈᵉ
ᵃˡⁱᵐᵉⁿᵗᵒ ᵗᵉᵐᵖᵒʳᵃʳⁱᵃˢ
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Law no salía de casa si podía evitarlo, y ahora tenia la excusa perfecta.

Tras la graduación no había tardado ni dos días en encerrarse a estudiar y estudiar durante horas; lo que no era muy distinto a lo que había hecho en el pasado, pero ahora tenía el peso de conseguir una beca y estaba realmente feliz de no tener que negarse a planes con amigos porque ellos "entendían lo importante que esto era".

Además ya terminaba el invierno, se ponía incómodo con su propio cuerpo; la incesante picazón y lo que a Cora-san le gustaba llamar "muda postnupcial". Law se escandalizaba en lo que su padre le repetía lo natural de era y la suerte que tenia de poder hablarlo tan abiertamente con alguien.

No la negaba como tal, pero la naturaleza híbrida de el 85% de la población era algo que el muchacho ponía en duda y tela de juicio, sobretodo en si mismo.

Ceder a instintos animales, sufrir el cambio de estación, el celo, todo era una payasada que estaba más que dispuesto a probar que se había dejado atrás.

—Han pasado miles de años, hemos evolucionado —expuso mientras colocaba leche en su bowl de cereales.

—¿Entonces por qué no dejas de rascarte? Que no te afecte —se burló el mayor encendiendo un cigarrillo.

Law frunció el ceño y le arrebató el tabaco para estamparlo contra la mesa —No fumes en la cocina, se apesta el departamento —tomó su desayuno y desapareció aguantandose para no ceder la razón.

Y es que mucho lo había llevado a tomar esa postura, y no era el único; pero investigaciones y ensayos y lo que veía en sus amigos y lo que estudiaba diario eran solo una pequeña parte.

La medicina era compleja, extremadamente compleja. Pero quería estudiarla. Todos eran básicamente lo mismo, pero estaba obligado a elegir una rama específica puesto que era tan amplio que jamás llegaría a hacerlo todo. Se le partía la cabeza y acabó por inclinarse hacía los humanos.

—¿No te sentirías más cómodo tratando con aves? —Bepo fui inocente al preguntarlo, totalmente, porque él mismo elegiría algo más cercano y familiar.

—No quiero dar lugar a la locura psicosomatica en mi cabeza —le soltó siendo honesto. Porque muy en el fondo, creía que mientras más supiera de si mismo, más fuertes serían las sensaciones.

Los cuervos son aves inteligentes y adaptables, aceptaba eso, pero cualquier persona puede hacer eso. Tal vez tenía tendencia a tomar cosas brillantes, pero eso era solo un estereotipo sin fundamento. Y aunque todavía luchaba con poder aprender a nadar, había una cosa que no podía evitar por mucho que intentara.

—¡Los cuervos aprovechan las fuentes de alimento temporarias! —tras un mes sin verle la cara, sin enviar un mensaje antes, Shachi entró a su oscuro cuarto dando una patada a la puerta, acompañado de la única información sobre cuervos que había aprendido.

Detrás de él, Penguin y Bepo pasaron para sentarse sobre la cama y abrir las cortinas respectivamente, provocando que Law se cubriera los ojos y soltara un gruñido molesto.

—Vayanse, estoy ocupado —la pantalla del computador alumbraba sus profundas ojeras, mientras que junto a sus apuntes y libros, un par de vasos vacíos hacían equilibrio en el borde del escritorio.

—Vamos a sacarte a comer con nosotros —el pelirrojo se lanzó de cabeza en el armario de su amigo en busca de algo que pudiese usar.

—¿Llevas mucho encerrado? —el oso se movió con cautela por el pequeño cuarto, donde el orden era relativo, como la cama estirada y el suelo despejado, pero algo en la vajilla sucia y el cesto de ropa repleto lo llamaron.

—Gracias a Dios —el moreno se puso de pie y recogió algunas cosas, suspirando al enderezar la espalda.

—Encontramos un lugar lindo, Cora-san dijo que vendrías —Penguin se acercó a la repisa, como hacia siempre, para tocar las figuras de acción en esta.

—¿Ahora mis amigos se hablan con mi papá? —le arrebató la figura para regresarla a su sitio.

—Tenemos su número desde que hubo que llevarte a emergencias la primavera pasada

—Ah, cierto —recordó. Había sido un gran revuelo porque nisiquiera él estaba al tanto de lo mucho que el polen le afectaba.

Acabó lloroso y agitado entre estornudos y dos dosis de antihistamínicos mientras Rocinante caminaba la ciudad al borde del pánico cuando notó que su niño no volvía de la escuela.

—Y eso se te disparó por el estrés —señaló Bepo desde el otro lado—, tal vez deberías tomarlo con más calma

—Estoy bien, tengo que estudiar, quedan pocos meses

Tallarse los ojos y forzar un bostezo no fueron suficientes para evitar el ceño fruncido de su amigo. Bepo no resultaba intimidante, pero sí acusador, y tras varios años había logrado ser de las pocas personas que podían conmover a Law para dudar uno o dos segundos.

—Mm...no, no creo —se negó el moreno. Luego de haber dudado. Uno o dos segundos.

—El bus pasa en seis minutos, no hay tiempo ni para que se lave los dientes —tras ver el reloj en su muñeca, Shachi colocó una camiseta por la cabeza de Law  encima de la que ya llevaba puesta, solo para tomar sus zapatos con una mano y manotear su abrigo con la otra.

El cuerpo más fornido y alto de Bepo prácticamente lo obligó a caminar fuera de su cuarto en lo que lo ayudaba a acomodar su camiseta, ignorando sus quejas. El agotado cuerpo de Law apenas pudo darle pelea.

Los tres amigos lo arrastraron por el pequeño departamento y hasta la puerta de entrada, vistiéndolo contra su voluntad.

Cora-san apenas los despidió con un movimiento de su mano, sintiéndose con la libertad de encender un cigarrillo ahora.

Aunque su pose victoriosa acabara con su mano tocando sin barrera el filo caliente de la estufa.

𝕿𝖍𝖎𝖓𝖌𝖘 𝖙𝖔 𝖉𝖔 ⇝ ⁽ˡᵃʷ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora