" El encanto oculto entre sombras y sonrisas"

**Capítulo XXI: Entre las Estrellas**

El viento susurraba secretos mientras Lucas caminaba por el parque. El otoño había teñido las hojas de tonos dorados y rojizos, y el crujir bajo sus pies le recordaba que todo cambia, incluso las estaciones de la vida.

Sofía estaba a su lado, su mano entrelazada con la suya. Habían compartido risas y lágrimas, habían enfrentado tormentas y celebrado triunfos. Juntos, habían tejido una historia de amor y esperanza.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos? —preguntó Sofía, mirando al horizonte.

Lucas sonrió. Aquel encuentro en la conferencia había sido un giro del destino. Dos almas heridas, buscando luz en medio de la oscuridad. Sofía había sido su faro, su guía hacia la sanación.

—Claro que sí —respondió Lucas—. Eras como un rayo de sol en mi vida nublada.

Sofía se detuvo y lo miró a los ojos. —Tú también fuiste mi salvación, Lucas. Tu valentía al compartir tu historia me inspiró a enfrentar mis propios demonios.

El parque se extendía ante ellos, lleno de bancos vacíos y árboles que parecían susurrar palabras de aliento. Lucas se sentó en uno de los bancos y Sofía se acomodó a su lado.

—¿Qué ves en el futuro? —preguntó Lucas, mirando hacia adelante.

Sofía entrelazó sus dedos con los suyos. —Veo un camino lleno de posibilidades. Quiero seguir estudiando psicología, como tú. Quiero ayudar a otros a sanar, como tú me ayudaste a mí.

Lucas asintió. —Y yo quiero seguir escribiendo. Contar historias que inspiren y conecten corazones. Quiero que nuestra historia sea un libro abierto para quienes necesiten encontrar esperanza.

Sofía apoyó la cabeza en su hombro. —Juntos, podemos hacer la diferencia. Como un equipo, como un amor que trasciende las páginas del tiempo.

El sol se ocultó detrás de las montañas, y Lucas sintió que el mundo se detenía por un instante. El pasado y el futuro se encontraban en aquel banco, y él sabía que estaba donde debía estar.

—¿Qué deseas, Sofía? —preguntó Lucas.

Sofía sonrió. —Deseo que sigamos escribiendo nuestra historia. Que cada día sea un nuevo capítulo, lleno de amor, risas y aprendizaje.

Lucas la besó suavemente. —Entonces, que así sea. Entre las páginas del futuro, encontraremos nuestra felicidad.

Y así, en aquel banco, con el viento como testigo, Lucas y Sofía se abrazaron, listos para seguir escribiendo su historia juntos.