▏ ִ ۫ En donde Daella Targaryen prefería tirarse del último piso de la fortaleza antes de seguir con la vida que su madre, la reina Alicent, le tenía predestinada hasta que conoce a Jacaerys Velaryon y se da cuenta que hay razones por las cuales pel...
Y he querido decirte que creo que tu casa está embrujada.
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capítulo dos: una cena familiar
Daella caminó lo más rápido posible fuera de la sala. Su madre ni siquiera tuvo la decencia de advertirle que era todo esto. ¿Para eso la trajo desde muy lejos? ¿Para venderla al mejor postor? Se sentía enferma. Odiaba la forma en que su madre podía usarla a su antojo como si no importara. Ahora tendría que ver cómo varios hombres, todos desagradables que le doblaban la edad posiblemente, peleaban por su mano.
Comenzó a caminar lejos de todo el caos en el que había dejado a su familia cuando alguien se le detuvo al frente.
—¿Qué quieres, Aegon?—suspiró la menor.—Si vienes a divertirte con la situación, ...
Aegon la miró confuso.—No, claro que no querida. Vine a saludarte. Te he extrañado.—confesó su hermano mayor mientras se acercaba para abrazarla. Daella suspiró en brazos de su hermano, tratando de no morirse en ellos.—¿Dónde estabas pequeña? Nos tenías preocupados.
—No puedo decirles.—le dijo ella tratando de no salirse de la burbuja de protección. Aegon siempre había sido uno de los mejores hermanos que ella había podido tener. Siempre se preocupaba por ella y estaba dispuesto a defenderla de los castigos de su madre.—La reina me amenazó si le comentaba a alguien de mi estadía en estas últimas nueve lunas.
Aegon suspiró.—¿Tan mal fue?
Daella aguantó sus lágrimas.—No sabes cuanto.—evitó soltar un par de lágrimas.—Y regresar solo para saber que mi pesadilla acababa de comenzar, ... Ni siquiera pude llegar a mi habitación o verles primero.
El mayor se separó de su hermana y visualizó esos ojos morados que añoraba. Pasó una mano por su mejilla, tratando de brindarle conformidad con su toque.
—Te prometo que no dejaremos que caigas en las peores manos del reino. Y, cualquier cosa, los accidentes pasan.—le guiñó un ojo a la menor mientras caminaban al comedor para tomar la cena.
Ella rodó los ojos.—Que divertido.—luego de un momento, suspiró.—¿Cómo va todo por acá? ¿Cómo sigue nuestro padre?
—Él está vivo.—se limitó a decir el mayor.—Siempre preguntaba por ti cada que comía con nosotros. Al parecer él tampoco sabía que te habías ido. Creo que esta noche lo podrás ver.
Ella asintió mientras seguía su camino. Dudó un poco en preguntarle lo siguiente.—¿Y nuestra hermana y su familia? Veo que están acá nuevamente.
Aegon rodó los ojos.—Si, deben venir a discutir algo sobre la sucesión de Lucerys en Driftmark. El consejo se atrasó por la falta de un integrante de la familia Velaryon o algo así.
