Capítulo 3

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Ante el comentario de Anakin, Obi-Wan lo miró con sospecha y curiosidad. Anakin siempre tenía esa habilidad para detectar y anticipar situaciones interesantes. Pero también era una fuente de caos y problemas en demasiadas ocasiones.

-"¿Y qué es lo que te lleva a pensar eso?" Preguntó, con una mezcla de cautela y curiosidad en su voz

En ese momento, Anakin sonrió ampliamente, claramente disfrutando de mantener esta conversación con Obi-Wan. Él tenía esa chispa en sus ojos que indicaba que estaba entretenido y listo para causar problemas.

-"Oh, solo tengo un presentimiento. Esta chica tiene algo especial, y algo me dice que pronto lo descubriremos todos." Dijo él con confianza, mientras seguía mirando en dirección a la tienda donde se encontraba Lia

Ante las palabras de Anakin y su confianza en el "presentimiento," Obi-Wan frunció ligeramente el ceño, aún manteniendo la calma. Él también podía percibir algo especial en Lia, pero sabía que debía tener cuidado y no dejarse llevar por impresiones
prematuras.

-"Eres un dolor de cabeza, Anakin. Solo espero que tu "presentimiento" no sea otra señal de más problemas por venir." Respondió él con un suspiro ligeramente frustrado

-"Disfruta de tu noche maestro y será mejor que vigiles tu cuello no vayas ser que vaya a ponerte de nuevo esa sexy daga en él" rió anakin

Ante las palabras de Anakin y su insinuación, Obi-Wan le lanzó una mirada fulminante.

-"Oh, cállate, Anakin. Yo también puedo manejar a esta chica. Y no te preocupes por mí, haré todo lo posible para mantener mi cuello a salvo de cualquier daga peligrosa." Respondió obi-wan con un chasquido de impaciencia y ligeramente irritado

Anakin se echó a reír ante la reacción de Obi-Wan, disfrutando de molestarlo. Él sabía cómo irritar a su maestro y le divertía hacerlo

-"Lo que digas, maestro. Solo ten cuidado y no bajes la guardia". Respondió él con humor y un toque de picardía en sus palabras

Obi-wan se retiró a la tienda sin querer seguirle más el juego a anakin

Al entrar en la tienda, Obi-Wan encontró a Lia dormida en un rincón, acurrucada sin mantas y con un aspecto vulnerable. La visión le recordó cuánta dureza había vivido esta joven, y sintió un impulso súbito de protegerla.

Él suspiró ligeramente y tomó una manta extra que había cerca. Se acercó cuidadosamente a donde Lia dormía y la cubrió con la manta, asegurándose de no despertarla.

Ante el gesto inconsciente de Lia, que buscaba agarrar la manta, Obi-Wan notó sus manos llenas de cicatrices. Aquel descubrimiento dejó a Obi-Wan impresionado y preocupado al mismo tiempo.

Él sabía que esas cicatrices eran prueba de las batallas que había luchado y el sufrimiento que había atravesado, aunque aún no sabía de su pasado. Su expresión se suavizó ligeramente, sintiéndose aún más protector hacia ella, incluso en su sueño.

Obi-Wan se sentó en silencio a un lado de ella, manteniendo una distancia respetuosa pero también asegurándose de mantenerla vigilada. Miraba su rostro dormido con una mezcla de compasión y curiosidad, preguntándose cuál era su historia y por qué había terminado en medio de esta guerra.

Era tarde, y Obi-Wan sabía que necesitaba descansar para poder enfrentarse a los desafíos del día siguiente. Pero también sabía que no iba a poder dormir mucho esa noche, teniendo a esta joven misteriosa durmiendo cerca de él.

Obi-wan respiró hondo y se instaló lo más cómodamente posible, manteniendo su foco de atención en ella pero también preparándose mentalmente para cualquier situación inesperada que pudiera surgir durante la noche.

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